La ventana
Luis Carlos Peris
La Ruta de los Belenes
Los primeros días de frío nuestro cuerpo experimenta corportamientos pocos habituales hasta que se acostumbra. El síndrome de Raynaud es uno de ellos. Este se da cuando los vasos sanguíneos de los dedos se contraen de forma exagera, también provocado por el estrés emocional.
Este puede ocurrir en tres fases que se manifiestan con cambios de color en la piel desde más blanco por la ausencia de flujo sanguíneo hasta enrojecidas cuando los vasos se dilatan completamente y el flujo sanguíneo se restablece. Se debe diferenciar si se trata de uno primario o secundario. Esto se puede averiguar a través de la historia clínica o pruebas complementarias como la analítica y la capiraloscopia.
El Raynaud primario no se asocia a ninguna enfermedad y es el más común. Este suele tener un comportamiento benigno y sin complicaciones importantes. El secundario, por su parte, está asociado a otras enfermedades como el lupus, la esclerodermia o la artritis reumatoide y puede provocar desde úlceras hasta daños en los dedos.
Este médico da las siguientes medidas de prevención para que no aparezca o lo haga de forma más leve el síndrome de Raynaud. En primer lugar, protegerse del frío. Se debe evitar el tabaco, reducir todo lo que se pueda el estrés y evitar los fármacos que estrechen los vasos sanguíneos.
En el lupus, el sistema inmunológico ataca los propios tejidos del cuerpo, incluyendo los vasos sanguíneos. Esta inflamación (vasculitis) daña las paredes de los capilares y arteriolas, volviéndolos más sensibles al frío y al estrés. Como resultado, se produce una respuesta exagerada de vasoconstricción, lo que desencadena episodios frecuentes y dolorosos del fenómeno de Raynaud.
La esclerodermia es una de las causas más comunes y graves del Raynaud secundario. En esta enfermedad, se produce un endurecimiento y engrosamiento de la piel y de las paredes de los vasos sanguíneos, debido a una excesiva producción de colágeno. Esto reduce la elasticidad vascular y obstruye parcialmente el flujo sanguíneo, haciendo que incluso pequeños estímulos desencadenen una intensa vasoconstricción. En casos avanzados, puede causar úlceras digitales o necrosis.
En la artritis reumatoide, la inflamación crónica no solo afecta las articulaciones, sino también el endotelio vascular (la capa interna de los vasos). Este daño inflamatorio altera la función normal de los vasos, disminuye la producción de óxido nítrico (un vasodilatador natural) y promueve la rigidez de las arterias pequeñas. Todo esto facilita la aparición del fenómeno de Raynaud, especialmente en climas fríos o durante crisis inflamatorias.
En conjunto, estas enfermedades autoinmunes provocan una disfunción generalizada del sistema vascular, donde la inflamación, el daño endotelial y los cambios estructurales de los vasos se combinan para aumentar la susceptibilidad al fenómeno de Raynaud. Por ello, su presencia es un signo importante que puede ayudar al diagnóstico temprano de estas patologías.
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