Los Palacios promueve el reconocimiento y culto a su hijo ilustre fray Juan Ramos de Lora

La Evangelización del Nuevo Mundo resultó una tarea esencial para la difusión de la Palabra de Dios y la expansión de la Iglesia en todos los rincones del planeta. Cientos de religiosos españoles han contribuido a la difusión del cristianismo en los últimos siglos, a través de obras de caridad o enseñanza. Y muchos de ellos son andaluces y, en concreto, sevillanos, aunque su labor haya quedado ligeramente diluida en el devenir de los tiempos.

Es una semana especial en Los Palacios y Villafranca. En esta localidad, hace ya trescientos años, nació Juan Ramos de Lora, quien a la postre se convertiría en el primer obispo de la ciudad de Mérida (1780), en Venezuela. Para conmemorar esta efeméride, una comisión creada a tal efecto ha desarrollado durante estos últimos meses una serie de actos y eventos que culminarán este próximo domingo, día 18 de junio, con un Solemne Pontifical en la parroquia de la Virgen de las Nieves a las once y media de la mañana.

Dicha misa contará con especial relevancia por una cuestión elemental. La ceremonia estará oficiada por S.E.R Baltazar Porras Cardozo, Cardenal Arzobispo de Caracas, uno de los cardenales más cercanos al Papa Francisco. El objetivo es promulgar y potenciar el culto a fray Juan Ramos de Lora, a través de Licencia Eclesiástica, y reconocerlo más aún como uno de los hijos más preclaros de la Iglesia en Sevilla.

A esta celebración acudirán autoridades civiles (que también han apoyado en esta iniciativa) y otras entidades cercanas a la localidad y a la figura de Ramos de Lora, entre ellas, Joaquín Ramos, uno de sus descendientes y promotor de estos homenajes. Al término del Pontifical, el Cardenal procederá a descubrir una lápida conmemorativa en la fachada del templo para que los palaciegos profundicen y conozcan la labor de este su paisano. El acompañamiento musical correrá a cargo de la Escolanía de los Palacios.

Su labor

El religioso franciscano (OFM), escritor y misionero en América, primer obispo de Mérida (Venezuela), monseñor Juan Ramos de Lora, fue hijo de Manuel Ramos y de Bárbara María de Lora. Ingresó en el convento mayor de San Antonio de Sevilla, de la provincia franciscana de Los Ángeles, el 19 de febrero de 1743. Como profesor de Teología pasó a la Nueva España, en 1749, destinado al Colegio Apostólico de Propaganda Fide de San Fernando (México) pero pronto se incorporó a las misiones de Sierra Gorda donde trabajó durante dieciséis años, muchos de ellos como superior. El 14 de julio de 1767 emprendió viaje a California en compañía del padre Junípero Serra, para ocupar el hogar antes controlado por los jesuitas. El visitador general José de Gálvez llegó el 6 de julio de 1768 y tuvo a Ramos como su hombre de confianza.

Marchó Ramos a México (15 de enero de 1772) y el memorial que presentó a la Real Audiencia sorprendió al fiscal y relatores, que lo pasaron favorablemente al virrey, lo que produjo la reprensión de Felipe Berri. Hacia 1780 el antiguo visitador general José de Gálvez, consejero de Indias en Madrid, hizo sonar el nombre de Ramos como apto para un obispado, además, para uno de nueva creación como era el de Mérida, en Venezuela.

Diócesis de Mérida, Venezuela

Constituida la nueva diócesis de Mérida por bula del 17 de febrero de 1778, fray Juan Ramos fue designado por el rey Carlos III el 31 de agosto de 1780 para cumplir las funciones de primer obispo de la nueva diócesis, cuya presentación fue aprobada por el papa Pío VI el 24 de septiembre de 1782. El territorio diocesano se constituyó con una parte de la diócesis de Caracas y otra parte de la metropolitana de Santa Fe (hoy Colombia).

Permanece en Maracaibo casi un año, hasta que el 26 de febrero de 1785 se instala en Mérida. Bendijo la obra e inauguró el Seminario Tridentino de San Buenaventura el 1 de noviembre de 1790, germen de la futura Universidad de los Andes, en cuyo patio central se levantó una escultura en su honor. Murió nueve días después y fue enterrado bajo la capilla del edificio recién construido.