El Palquillo

Las bandas de música que acompañan a las cofradías de Sevilla

Las bandas trabajan durante todo el año para ofrecer su mejor nivel en Semana Santa

Las bandas trabajan durante todo el año para ofrecer su mejor nivel en Semana Santa / Juan Carlos Muñoz

La música juega, en el desarrollo de la Semana Santa, un papel esencial. A día de hoy, la fiesta no se entendería sin la evolución asombrosa de la música procesional, que ha ido evolucionando conforme a los tiempos hasta convertirse en un arte de lo más disciplinado, profesionalizado y sofisticado.

Cada vez se crean más formaciones musicales que, amén de su labor cultural, acometen tareas educativas para con los más jóvenes. 

Meses y meses de ensayos se ven recompensados cuando suena la Marcha Real y, durante varias horas, los músicos acompañan a sus devociones movidos por supuesto por la fe pero también por la afición y más absoluto de los respetos por la música.

Sin embargo, las bandas no siempre han sido tal y como las conocemos, con decenas de miembros en plantilla y asumiendo la posibilidad de interpretar un amplio registro de composiciones, esto es, un repertorio, tanto propio como clásico.

Tres Caídas acompaña cada año al Desprecio de Herodes Tres Caídas acompaña cada año al Desprecio de Herodes

Tres Caídas acompaña cada año al Desprecio de Herodes / Manuel Lamprea

El origen de la música en la Semana Santa se remonta al siglo XVI, cuando algunas cofradías iban acompañadas por dos clarines llamados “trompetas dolorosas” que lo que hacían era detener y reanudar el transcurso de la cofradía. No se tiene mucha constancia de la evolución de la música en la Semana Santa hasta que se firman las primeras marchas procesionales como tales.

Los primeros registros son del siglo XVIII, con las llamadas marchas fúnebres o las saetillas de capilla musical, a la sazón el género más primitivo y antiguo, como las Saetas del Silencio. A mediados del siglo XIX es cuando los compositores comienzan a crear obras e incluso a dedicarlas a las imágenes procesionales de manera expresa.

A principios del siglo XX, se produce un giro crucial con la creación de las formaciones militares que ya interpretaban otro tipo de marchas, llamadas "de palio". Posteriormente llegará el género de las cornetas y tambores, heredado del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga con nombres como Alberto Escámez o Ramón Montoya, quienes influidos naturalmente por el estilo marcial, las convierten en melodías más suaves y adaptadas al andar de los pasos.

Sin duda este género es el que más ha evolucionado hasta nuestros días, interpretándose composiciones que son auténticas sinfonías y con un nivel de profesionalidad inimaginable.

La banda de las Cigarreras acompañando a la Virgen de la Victoria La banda de las Cigarreras acompañando a la Virgen de la Victoria

La banda de las Cigarreras acompañando a la Virgen de la Victoria / Aníbal Díaz

Será en Sevilla, a mediados de los cuarenta, cuando en el cuartel de Eritaña se cree la primera agrupación musical, al estilo de la Guardia Civil. Esta formación incluirá nuevos instrumentos como las trompetas, saxofones, gaitas o liras, dando lugar a un estilo eminentemente local exportado al resto de la geografía española. 

Todo ello sería impensable sin la aportación de los compositores adelantados a su tiempo, como los Font o López Farfán y la estela de otros inmensos como Pedro Braña, Gámez Laserna o Pedro Morales. Nombres como Manuel Rodríguez Ruiz en las agrupaciones o Bienvenido Puelles en las cornetas crearon un modo de acompañar, musicalmente, las procesiones sevillanas. 

A día de hoy, podemos considerar cuatro géneros que participan en la Semana Santa de Sevilla:

Bandas de música

Por norma general acompañan a los pasos de palio, esto es, a las dolorosas. Algunos nombres son los de Maestro Tejera, la Cruz Roja, el muy cofrade pueblo de Salteras con la Oliva y el Carmen, y otras localidades que han aportado su música a la capital, como La Puebla del Río, Mairena del Alcor o Cantillana. Todas ellas participan, en mayor o menor medida, en la Semana Santa. 

Cornetas y tambores

Acompañan a las imágenes cristíferas, esto es, a los pasos de misterio, crucificados o nazarenos. La mayoría de las que comparecen son sevillanas, como la de las Cigarreras, Tres Caídas, el Sol o la Centuria, que legó el estilo directo de Málaga aunque a día de hoy experimenta un plausible proceso de adaptación.

Sin embargo, también hay lugar para otros puntos de Andalucía, como la potentísima Rosario de Cádiz o la melódica Paso y Esperanza, de Málaga. Cada una en su estilo enriquecen y mejoran la calidad sonora de la Semana Santa. 

La Columna y Azotes abriendo paso a la Cruz de Guía de las Cigarreras La Columna y Azotes abriendo paso a la Cruz de Guía de las Cigarreras

La Columna y Azotes abriendo paso a la Cruz de Guía de las Cigarreras / Aníbal Díaz

Agrupaciones musicales

Aunque es un género que ha experimentado tiempos mejores, lo cierto es que poco a poco parece querer resurgir y recuperar el lugar que le "arrebataron" las cornetas y los tambores. En Sevilla contamos con las más destacadas agrupaciones, como Virgen de los Reyes, la Redención, la Encarnación o los Gitanos. También participan bandas procedentes de, por ejemplo, Linares: la Agrupación Musical de la Pasión levanta ovaciones a su paso. Por supuesto no puede faltar Santa María Magdalena de Arahal, maestra del estilo. 

Virgen de los Reyes llegando a la Plaza de Molviedro Virgen de los Reyes llegando a la Plaza de Molviedro

Virgen de los Reyes llegando a la Plaza de Molviedro / Víctor Rodríguez

Capillas musicales

Son las más minoritarias, pero con su solemnidad y riqueza otorgan el contrapunto perfecto para las cofradías más austeras. Interpretan verdaderas obras de arte compuestas hace siglos, como las antedichas Saetas del Silencio o cantos litúrgicos como el Christus Factus Est. 

Curiosidades

A modo de curiosidad, ofrecemos algunos detalles que explican el por qué del predicamento que algunas formaciones gozan en la ciudad. Por ejemplo, a finales de los años ochenta, las bandas de música más solicitadas en el año 1989 eran las de Tejera y la Cruz Roja, única formación que salía todos los días: Hiniesta, las Aguas, la Candelaria, la Sed, Montesión, los Gitanos, la Carretería y la Trinidad.

Tejera lo hacía en la Cena, las Penas, Santa Cruz, San Bernardo, las Cigarreras y Montserrat.

La Cruz Roja acompaña a la Virgen del Rosario de la Milagrosa La Cruz Roja acompaña a la Virgen del Rosario de la Milagrosa

La Cruz Roja acompaña a la Virgen del Rosario de la Milagrosa / D.S

En lo que respecta a las cornetas y tambores, la banda de las Cigarreras era la que marcaba la pauta a finales de la citada década. Entonces ya acompañaba a las mismas hermandades que ahora, sumándose posteriormente el misterio del Sagrado Decreto.

En aquellos años, esta banda ya había comenzado a marcar la revolución del estilo de la Policía Armada. De la mano de Bienvenido Puelles ya se habían estrenado marchas como Réquiem.

La formación daría una nueva y definitiva vuelta de tuerca al estilo incorporando nuevos instrumentos para los bajos y con marchas como Amor de Madre y Pasión, Muerte y Resurrección, de Francisco Javier González Ríos, que supusieron un aldabonazo.

En agrupaciones, sin duda Arahal marcó una época cuando acompañaba a hermandades como San Benito, San Bernardo o Montesión.

La figura de Manuel Rodríguez Ruiz abrió la puerta de un camino que continúa explorando y creando estilos propios dentro de un mismo tronco, desde Virgen de los Reyes hasta la Redención, por poner ejemplos. 

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