La Esperanza de Triana y la Macarena, vestidas de hebrea para la Cuaresma 2025

Como en una eterna y renovada primera vez, abrimos los ojos con un destello de ilusión incontenible cuando -ahora asaltados por las tecnologías y su inmediatez- nos cruzamos, definitivamente, con una de las señales inequívocas de cada Miércoles de Ceniza. Al igual que ya ocurre en prácticamente la totalidad de nuestros templos, en los barrios de Triana y de San Gil los vecinos se asoman a Pureza y al Arco para dar la bienvenida a la Cuaresma como bien merece.

La Esperanza y la Macarena ya se encuentran vestidas con el hábito hebreo, otro distintivo estético inconfundible de este tiempo cuaresmal que hoy mismo hemos recibido. A pesar del cielo plomizo que se cierne sobre la ciudad, en nuestro interior abrigamos ese ascua de luz y de emoción que nos evade del vértigo del día a día y convierte lo cotidiano en una cuestión casi milagrosa.

La Macarena, por su parte, presenta el tradicional terno compuesto por la saya burdeos, el manto de raso azul y la aureola de estrellas, con tocado blanco cruzado y cruz pectoral rematando el pecho y un fajín de estilo hebraico anudado en la cintura. Todo ello en vísperas también de uno de los cultos más especiales como es el Vía Crucis del Señor de la Sentencia, previsto para este viernes, primero de marzo y de la Cuaresma. Además, en estas últimas horas hemos conocido que en la exposición del centenario del besamanos, que se celebra en Cajasol, pueden ya contemplarse las mariquillas de la Virgen, regalo de Joselito antes de partir a Talavera.

Besamanos en Triana

En el barrio de Triana también se respira la Cuaresma. En concreto, en la calle Pureza, que celebra igualmente cultos en honor al Santísimo Cristo de las Tres Caídas: besamanos desde este mismo miércoles hasta el domingo día 9. La imagen cristífera porta para la ocasión la túnica confeccionada por Francisco Carrera Iglesias (Paquili) en 2022, realizada en terciopelo «chiffón» y enriquecida con un antiguo galón de pasamanería dotado de un rico calado y con inclusión de una hojuela de oro.

Por su parte, Nuestra Señora de la Esperanza, fiel a la costumbre, se nos muestra vestida a la usanza hebrea. Como marca la tradición, luce manto de terciopelo verde, principal característica en este caso desde hace décadas, saya del mismo tejido en color rojo y fajín de rayas de colores con flecos de seda. Así mismo, lleva un tocado en raso blanco. Nimbando la cabeza, aparece con la aureola de estrellas labrada por el taller de Orfebrería Triana en el año 2000 y, sobre el fajin, porta el ancla que reproduce otro anterior, que estaba datado a inicios del siglo XX.