Obituario

En el adiós del maniguetero

El cofrade Pepe Martín Cartaya

El cofrade Pepe Martín Cartaya

Tenia que ser la víspera del besamanos cuando Pepe nos dejara.

La Virgen de la O ha querido que antes de que todos pudiéramos verla pisando el suelo de Triana bajar un instante y llevarse junto a Ella a su inseparable nazareno de la manigueta del palio. Durante más de treinta años Pepe Martin Cartaya y Ella fueron compañeros de tardes de Viernes Santo y ahora ya son compañeros para la eternidad.

Para Pepe la Virgen de la O era como una madre en el sentido más literal del término, desde que su padre encomendara a Castillo Lastrucci el renacer de la imagen que la sinrazón de la guerra civil destruyó.

Pepe fue miembro de Junta de Gobierno en momentos difíciles. Y gozó enormemente cuando el cardenal Carlos Amigo coronó a su Virgen en el Altozano convertido en Catedral al aire libre.

Hombre prudente y discreto, andarín veloz por una ciudad a la que amaba. Siempre con la sonrisa amable y ese aspecto de despistado que no era ninguna pose sino el puro trasmitir de su humildad cotidiana.

Marido, Padre y abuelo ejemplar. Cofrade clásico, de los que pertenecen solo a su hermandad y en el caso de Pepe a la del Carmen del Puente.

La Virgen de la O en su besamanos. La Virgen de la O en su besamanos.

La Virgen de la O en su besamanos. / M. G.

Se nos ha ido siendo el hermano número uno de la Cofradía de raso morado. Deja un hueco en el banco de los sabios que en la mañana de cada Viernes Santo forman la guardia pretoriana de los pasos del Nazareno y la Virgen de la O.

Su marcha nos deja un sentimiento de dolor difícil de explicar en unas pocas líneas. Sus cenizas estarán para siempre junto a Jesús Nazareno al igual que las de su hermano Ramón. De las enseñanzas de ambos aprendimos una generación completa de hermanos de la O.

A su inseparable esposa Mari y a su hija Mari Carmen todo el afecto en estos momentos difíciles. Estoy seguro que a pesar del dolor en sus corazones está la alegría de que Pepe era un hombre muy querido por todos. A sus hermanos Carmelo y Jesús también mi pesar.

Descanse en paz un hombre bueno. Su recuerdo y bonhomía lo hará siempre presente entre nosotros.

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