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La Soledad de Alcalá del Río lleva siglos de historia a la gran pantalla del Cervantes

Un abarrotado Cine Cervantes acogió el estreno del documental realizado por Carlos Valera

Una hora y cuarto en la que se recorre la historia y los hitos más destacados de la corporación

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El acto contó con un 'no hay billetes' en el Cine Cervantes / M.L.R

"La mejor definición de Soledad es que existe la cara de la Virgen". Una vez que el cofrade Ignacio Montaño pronunció estas palabras demoledoras, una sentida y sincerísima ovación se cerró por entre la cúpula y las balconeras del Cine Cervantes, que sirvió de escenario inmejorable para proyectar casi cuatrocientos cincuenta años de historia. La hermandad de la Soledad de Alcalá del Río presentó en la noche de este jueves el documental Porque en el principio fue la Soledad, guionizado y realizado por Carlos Valera.

Tras casi una década de espera y rodaje, los soleanos alcalareños se sumergieron de pleno en una obra dilatada en el tiempo por mor de diferentes avatares y circunstancias, como la pandemia de coronavirus o la siempre caprichosa atmósfera primaveral, especialmente en la jornada del Viernes Santo. Pero dicha travesía mereció la pena y un patio de butacas repleto (la proyección comenzó media hora más tarde por la afluencia de público) agradeció con lágrimas y aplausos el esfuerzo.

Fotografía de familia tras la presentación de la película / M.L.R

El documental, con un eje narrativo basado en la salida procesional del Viernes Santo, despliega un amplio recorrido por los hitos históricos más destacables de la cofradía, persiguiendo un sentido cronológico. Desde las primeras referencias documentales de la dolroosa (1556), hasta las Reglas de 1582 y la fusión con una primitiva hermandad de San Bartolomé, pasando por el establecimiento en 1639 en la sede canónica actual, la capilla del patrón San Gregorio, y la bonanza económica y social de la que gozó gracias al mecenazgo de diversas familias, entre ellas, la de los Zambrano.

En una sucesión emocionante de planos de las imágenes titulares y testimonios de hermanos, la película avanzaba retratando otros momentos capitales como la llegada de las letras de plata del Stabat Mater para las caídas interiores del palio de traslado, la incorporación en 1844 del paso del Triunfo de la Santa Cruz o la efervescencia artística de finales del XIX con el desembarco de firmas prestigiosas como las Antúnez, el taller de Olmo o Patrocinio López. De especial intensidad resultó el capítulo en el que se trata la ceremonia del Descendimiento, que tiene lugar en la medianoche del Viernes Santo en el templo parroquial. Por último, se narró la compleja situación que atravesó la cofradía durante la década de los treinta (si bien la Virgen salió en 1932) y la guerra civil, la revitalización de la misma y el memorable 15 de junio de 1996, cuando el arzobispo Carlos Amigo Vallejo coronó canónicamente a la Virgen de los Dolores en su Soledad, así como el XXV aniversario de esta gozosa efeméride, en el contexto pandémico a nadie ajeno.

En torno a las diez y media de la noche culminó el acto, al que acudieron diversas autoridades como el Delegado del Gobierno en Andalucía, Ricardo Sánchez. El recuerdo final se dedicó al hermano mayor, que por dolorosos motivos no pudo estar presente. En las conversaciones y murmullos, bastó una frase para cristalizar el ímpetu que, generación tras generación, ha mantenido a estos cofrades como punta de lanza de la religiosidad hispalense durante casi medio milenio: "Pues nada, habrá que ir pensando en una segunda parte..."

Porque, como dice un hermano, mezcla corazón mezcla tratado irrefutable de antropología y devoción, "con la Soledad, hay que pararse".

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