Finaliza la obra de la Torre Pelli y queda a la espera de la licencia de ocupación
Caixabank comenzó a comercializar los 35.000 m2 disponibles en el mes de febrero. Las obras en el edificio podio, que acogerá el Caixafórum, todavía requieren uno o dos años de trabajo.
Terminada a falta de inquilinos. La Caixa ha dado por finalizadas las obras de construcción de la Torre Pelli. La entidad financiera se encuentra actualmente a la espera de obtener la licencia de primera ocupación del rascacielos de 178 metros de altura ubicado en la isla de La Cartuja, un trámite necesario para cerrar su comercialización y que la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla podrá comenzar a gestionar de inmediato. Como ya publicó este periódico hace algunos meses, el edificio será bautizado con el nombre de Torre Sevilla. La inauguración oficial será, en cualquier caso, una vez pasadas las elecciones municipales y constituido un nuevo Consistorio.
Fuentes próximas al proyecto, según una información publicada ayer por Europa Press, explicaron que la obra está concluida, salvo la realización de algunos retoques en el interior del edificio: "Ya está finalizada, y sólo pendiente de que las administraciones ultimen los trámites y el papeleo para obtener la licencia de primera ocupación". Mientras se realizan estas gestiones administrativas, "se trabaja en paralelo con las acciones de comercialización".
El rascacielos, cuya entidad promotora es la sociedad Puerto Triana, participada mayoritariamente por Caixabank, pondrá en el mercado de oficinas de Sevilla un total de 35.000 metros cuadrados que ya han empezado a comercializarse por parte de la inmobiliaria Servihabitat. La superficie mínima que se oferta es de 200 metros cuadrados y la máxima alcanza los 1.500 metros. Caixabank inició el pasado mes de febrero la comercialización de espacios para oficinas de la planta 1 a la 24 con el eslogan "espacios en un edificio moderno y singular, situado en uno de los mejores enclaves de Sevilla". En las plantas más altas no irán oficinas, ya que está prevista la instalación de un hotel de cinco estrellas. Según Caixabank, se comercializan 1.500 metros cuadrados por planta, destinados a oficinas. El precio de cada alquiler se cerraría en una operación personalizada.
La construcción del rascacielos ha estado envuelta en diversas polémicas desde su inicio. La Unesco amenazó con incluir a Sevilla en la lista negra del patrimonio en peligro al considerar que el edificio generaba un impacto negativo en el paisaje de la ciudad que podría afectar los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad: la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias. El caso quedó archivado tras comprometerse el alcalde, Juan Ignacio Zoido, a poner en marcha una serie de planes de protección y a no permitir la construcción de más rascacielos en la ciudad.
Otro caballo de batalla es el plan de tráfico de esta zona de La Cartuja, una de las cuestiones que aún no están resueltas y que resulta urgente una vez que la torre esté en funcionamiento. El Ayuntamiento de Sevilla asegura que la única solución para la movilidad es la construcción de un nuevo puente para el tráfico a la altura del Pabellón de la Navegación, una infraestructura que en su día se diseñó únicamente para peatones y bicis y cuyo uso ha cambiado Zoido. La patronal de constructores y promotores de Sevilla apoya al alcalde y ha reivindicado en varias ocasiones que la construcción es urgente y vital.
Una opinión totalmente opuesta tiene la Junta de Andalucía. La Administración autonómica se opone a autorizarlo, y es quien tiene la última palabra en este asunto por ser la competente, ya que para convertir el puente originalmente peatonal en uno que acoja tráfico rodado hay que reformar el Plan General Urbanístico (PGOU) de la ciudad. Los grupos de la oposición municipal en el Ayuntamiento (PSOE e IU) han apoyado la tesis de la Junta y defienden que el puente no es prioritario y que saturará la calle Torneo aún más, por lo que reclaman un plan de tráfico para la zona que potencie el transporte colectivo y público.
Aunque las obras del rascacielos se den por concluidas, el proyecto seguirá ejecutándose en el llamado edificio podio, que arranca de la base del rascacielos, y en el que se levantará el Caixafórum, un centro social y cultural de 7.500 metros cuadrados que todavía requerirá uno o dos años más de trabajos. Este nuevo espacio diseñado por el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra ofrecerá al visitante dos salas de exposiciones, un auditorio, dos aulas polivalentes, un bar-restaurante y una tienda-librería. El Caixafórum finalmente irá en este punto de la Cartuja tras descartarse oficialmente su construcción en las Reales Atarazanas, que se encuentran en el barrio del Arenal, y que finalmente acogerán un gran centro cultural que vincula el edificio medieval con la relación entre Sevilla y América.
2 Comentarios