La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Con la publicación del Real Decreto-ley 9/2025 en el Boletín Oficial del Estado, el Gobierno introduce modificaciones en el permiso de nacimiento —tanto por parto como por adopción— que entrarán en vigor tras todos los partos que tengan lugar a partir del jueves 31 de julio de 2025, aunque no todos sus efectos serán inmediatos. La norma, que busca cumplir con la Directiva europea 2019/1158 en materia de conciliación y corresponsabilidad, amplía el permiso retribuido hasta las 19 semanas, pero deja sin cambios el permiso parental de ocho semanas, que sigue sin ser remunerado.
La abogada sevillana Emilia de Sousa, experta en negligencias sanitarias, derecho de familia, violencia contra la mujer e infancia y conciliación laboral, desgrana las claves de la norma y señala tanto sus avances como sus limitaciones.
La reforma unifica los distintos tiempos de cuidado en un único permiso de nacimiento, que sigue siendo personal e intransferible y está retribuido al 100% por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Así queda la nueva distribución:
De Sousa aclara que el permiso de lactancia no sufre modificaciones, y que el permiso parental de ocho semanas aprobado en 2023 se mantiene como estaba: sin retribuir. La norma afecta tanto a trabajadores por cuenta ajena como a autónomos, y supone —según el propio texto legal— una medida orientada a la corresponsabilidad social. Sin embargo, la abogada matiza: “Se ha priorizado evitar sanciones europeas antes que garantizar una protección real a las familias”.
Uno de los grandes avances de esta reforma es la consolidación del derecho para familias monoparentales, que históricamente venían reclamando un trato igualitario.
Con la nueva norma, estas familias tendrán derecho a 32 semanas: las 26 que ya venían disfrutando, más 6 nuevas (la suma de las ampliaciones previstas por progenitor, al no haber posibilidad de reparto).
No obstante, la abogada definde que "se ha velado quizás más por los intereses del Estado para evitar multas que por los intereses de niños, niñas y familias en general", si bien sí celebra y da la "enhorabuena a las familias monomarentales", de cuya lucha es partícipe, "porque al fin materializan un derecho que les corresponde desde hace mucho".
Para Emilia de Sousa, la reforma cumple formalmente con la directiva europea, pero no supone el cambio estructural prometido: “Se anunciaron cuatro semanas retribuidas y finalmente nos quedamos en tres, una de ellas dentro del primer año de vida del menor". De este modo, la medida llega pero no con la ambición que requería.
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