INCENDIO
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"Me diagnosticaron cáncer de mama y me puse a escribir como una posesa"

los invisibles

Maribel Fatou. Esta periodista enviudó de un marine norteamericano y se 'casó' con la literatura. Las tres flores de su portada las llevó en persona a un cementerio de Colorado

Maribel Fatou, fotografiada con su libro en el hotel Playa Victoria de Cádiz / Fito Careto
Francisco Correal

29 de julio 2017 - 02:32

Basada en hechos reales. En la novela Tres flores amarillas, Maribel Fatou (Ubrique, Cádiz, 1961) regresa a la chica de 18 años que se casó con un marine norteamericano que conoció en Rota.

-Se la dedica a James...

-Era el nombre de mi marido, mi primera pareja, con la que me fui a vivir a Estados Unidos.

-¿La visita de Eisenhower en 1959 sembró España de historias de amor made in USA?

-Mi libro se ha vendido mucho en Rota. Cada vez que voy, firmo quinientos ejemplares. Muchas mujeres se sienten identificadas. Lo singular es que fuimos un grupo de casi veinte niñas bien que aquel verano de 1979 nos enamoramos y nos casamos. Las que se casaban solían ser muchachas de clase muy humilde.

-¿Qué le une a James?

-Soy la viuda de James Whittenberg. No me dejó nada material, me dejó una hermosa historia.

Aquel verano del 79 casi veinte niñas bien nos enamoramos y nos casamos con marines americanos en Rota"

-En la novela narra el secuestro de rehenes en Teherán, la invasión de Afganistán, el boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú.

-Cuando hablaba con James, me decía que estaba cuidando material explosivo, cuando en realidad custodiaba material nuclear.

-¿Cómo aceptaron que se casara con 18 años?

-Fue una boda espectacular. Me casé en la iglesia del Corpus Christi de la Palmera. Mi padre era un dentista muy conocido, vinieron los Merry, lo más granado de Sevilla. Los compañeros nos hicieron el ritual de las espadas.

-¿La novela es un desahogo personal o literario?

-Con 48 años me diagnosticaron un cáncer de mama. Los oncólogos me dijeron que no debía salir, que tenía un sistema inmunitario muy bajo. Me puse a ver películas muy largas, Memorias de África, Gandhi. A los 18 meses de estar encerrada, conocí la noticia de la muerte de James. Si yo estaba lidiando con la muerte, ¿qué podía ser peor que eso? La muerte de primer amor, el que me enseñó el mundo. Y me puse a escribir como una posesa. Empezó a funcionar el boca a boca y ya vamos por la quinta edición.

-¿Cuántas siguen casadas?

-Sólo dos. Tengo la sensación de que me equivoqué volviéndome.

-¿Volvió treinta años después como la protagonista?

-Fui al cementerio de Resthaven, Colorado, a poner las tres flores. Fui sin pelo, me quería morir.

-¿Vio cambiado el país de Jimmy Carter a Obama?

-Cuando voy por primera vez, salgo de una España posfranquista donde ves burros por la calle y la gente se baña en barreños, y llego a un país de autopistas y rascacielos. Cuando vuelvo treinta años después, las autopistas ya no eran tan grandes ni los edificios tan altos.

-James fue la tercera torre que cayó el año 2001...

-Tenía 41 años, murió de un melanoma. Tenía una fortaleza increíble. Lo operaron del cerebro y al día siguiente estaba de voluntario con los bomberos.

-¿Autores de cabecera?

-Leo mucho a los rusos, Chejov, Turgueniev, y en la novela le hago un guiño a Raymond Carver.

Me han dicho que es muy fácil escribir sobre lo que has vivido. Por eso mi segunda novela será un 'thriller"

-Y a Cinco horas con Mario...

-Cuando entrevisté a Lola Herrera, le regalé un ejemplar para que se viera en el libro. Me dijo una cosa preciosa: alégrate de haberlo vivido.

-Ficción a partir de su realidad. ¿Guiño al realismo mágico?

-Me hicieron una crítica destructiva, decían que es muy fácil escribir sobre cosas que has vivido. Por eso, en la segunda, porque esto es una trilogía, aparte de que sabe a manzanilla de Sanlúcar, hago un thriller, un género que no domino. Pero la tercera va a ser un pelotazo.

-¿Qué hay tras las flores?

-Los que leen entre líneas verán el paso del tiempo. Hay quien dice que es una novela muy triste. Al revés. Son dos héroes que saben que van a morir y luchan como cosacos.

-¿Le dejó descendencia?

-Un hijo que se llama Daniel y trabaja de camarero en Alemania. A mi familia le da mucho pudor leer la novela.

-Obama no vino a Sevilla pero usted sí fue a América...

-Los hispanos estaban muy desencantados con Obama.

-Mucha música en el libro, de Janis Joplin a Hilario Camacho.

-Y guiños de cine. James se le daba un aire a Nick Nolte.

-¿Realidad o ficción?

-En lo que no domino, me documento. Este verano, junto a libros de Eduardo Mendoza y Paul Auster, me he llevado a la playa Otelo. En mi nueva novela hay un personaje hipermegaceloso. No me sale porque yo no lo soy.

-En su novela habla de una "tormenta de celos...".

-El monstruo verde, decía Oscar Wilde de los celos.

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