INCENDIO
Tres personas heridas por inhalar humo en un incendio en su casa en Morón de la Frontera

Heriberto Asencio, juez del crimen de los Galindos: "El caso se podría haber resuelto, pero hubo muchas irregularidades"

Reabrió el caso y autorizó una segunda autopsia, que exculpó socialmente a una de las víctimas

Los galindos, medio siglo de incógnitas

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Heriberto Asencio, juez de Los Galindos: "Hay teorías de todo tipo"

Pregunta.¿Cómo fue su toma de contacto con el caso?

Respuesta.Fue como juez de Marchena, en 1981. Un funcionario me dijo que el caso llevaba un tiempo parado, porque había habido un cambio de jueces. Le dije que me lo dejara, que lo iba a estudiar. Como la vivienda estaba encima del juzgado, me lo subí a mi casa y estuve estudiándolo durante varios días, porque era un sumario bastante voluminoso. A partir de ahí empecé a hacer indagaciones y pedí a la Policía que me enviara un policía adscrito para este asunto. Vino el inspector José Antonio Vidal Arcioles. Después, la Guardia Civil también envió al entonces capitán Díaz Trigo. Ambos empezaron a hacer investigaciones sobre el asunto. Pero eran investigaciones paralelas, no las hacían juntos porque uno era policía y el otro guardia civil.

P.Hasta ese momento habían participado en la instrucción tres jueces y la teoría se inclinaba por la culpabilidad de uno de los tractoristas, José González. Gracias a su participación en el caso, pudo exculparse a este hombre, ¿no es así?

R.A mí me proponen que Luis Frontela, catedrático de Medicina Legal, realizara una exhumación de los cadáveres para ver si las autopsias que se habían hecho habían sido o no correctas. Acordé dicha exhumación, se hizo y dio un resultado. La autopsia inicial decía que José González y su mujer habían muerto quemados. Y de ahí venía que se supusiera que había participado y luego se había caído al fuego. Pero la segunda autopsia demostró que no, que a José González lo habían matado también porque tenía los brazos troceados para que ardiera más rápido. Un tronco grande tarda más en arder que un tronco troceado. Por lo tanto, de ahí se dedujo no que él no hubiera participado, porque eso no lo puedo decir ni yo ni nadie, pero sí que a él también lo mataron. Esto fue importante para la familia, porque al menos socialmente dejó de ser el asesino. Hasta entonces estaba señalado como tal. Pasó de asesino a víctima y eso supuso un alivio para la familia, sobre todo para su madre, que era una señora ya anciana.

El juez Heriberto Asencio, durante la entrevista. / Juan Carlos Vázquez

P.A su juicio, los autores del quíntuple asesinato ¿habrían sido dos hombres sin ninguna relación con la finca?

R.Yo no tengo ni idea. Tampoco puedo decir que fueran dos hombres, o un hombre y una mujer, dos mujeres o tres. Parece que más de una persona sí había. Porque otra de las conclusiones que sacó Frontela, por la altura de las gotas de sangre que había cuando trasladaron a Juana, es que tenían que haberla llevado cogida por los hombros y por las piernas. Parece que dos personas eran. A partir de ahí, ya si eran hombres, si eran dos o eran más, eso es algo que no se sabe. Y, por supuesto, tampoco si tenían relación o no relación con la finca.

P.¿Cuál cree que fue el móvil de aquellos asesinatos?

R.Teorías hay de todo tipo, algunas más consistentes que otras. Puedo tener alguna intuición, pero no me atrevería a decirla, porque sería una imprudencia por mi parte.

P.El caso recaló después en otro magistrado, Antonio Moreno Andrade. Él sospechaba que podía haber algunas personas influyentes que ayudaron a paralizar la investigación, ¿cree usted algo similar?

R.Lo desconozco totalmente. Hay quien ha comentado algo al respecto, pero yo no lo sé. Lo que sí sé es que ese nombramiento, desde mi punto de vista, no fue en absoluto legal. Porque en nuestra legislación no está previsto que exista un juez especial. Lo que está previsto es que se encargue el juez predeterminado por la ley, que en este caso era el juez de Marchena. Y aquello se le quitó al juez de Marchena, no entiendo por qué motivo. Lo acordó el Consejo General del Poder Judicial de una manera, creo, irregular.

Heriberto Asencio, en su despacho de la Audiencia de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

P.Eso hoy no habría pasado quizás, ¿no?

R.Seguramente. Este conjunto de prácticas hoy sería impensable. Además, el juez que llega a Marchena diría que este asunto lo tiene que llevar él. Acuérdense cuando Mercedes Alaya pasó del juzgado a la Audiencia Provincial y pidió continuar ella con las macrocausas. El Consejo le dijo que no, que tenía que llevarlas el juez del juzgado. Ahí tienen ustedes la confirmación de que hoy no hubiera pasado.

P.Han pasado cincuenta años, ¿cree que, con los métodos actuales de investigación, los culpables habrían sido detenidos y llevados a juicio?

R.Incluso con los métodos de la época, si desde el principio se hubieran hecho las cosas bien. Se hubiera sabido algo más de lo que se sabe. No sé si se hubiera descubierto la totalidad de lo que ocurrió, si se hubiera sabido con certeza quiénes fueron los asesinos. Pero allí hubo muchas irregularidades, como se ha dicho ya por activa y por pasiva. Y hoy día, si aquello se hubiera hecho bien y se le suman los medios actuales, yo creo que las posibilidades serían bastantes.

P.A usted como juez, que era muy joven en aquella época, ¿le marcó este caso de alguna forma?

R.Me marcó hasta el punto de que todos los años en el mes de julio vienen periodistas a hacerme preguntas. Fíjense si me marcó. Han pasado cincuenta años y no hay uno que no aparezca alguno de ustedes por aquí. Porque es además de los pocos crímenes así sin resolver. Yo no sé qué porcentaje habrá sin resolver, pero desde luego este es el más mediático.

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