Las muertes de mujeres en Sevilla por cáncer de pulmón casi igualan a las de cáncer de mama
El notable aumento de fallecimientos por esta causa en 2024 hasta los 215 pone el foco en el tabaquismo y respalda el endurecimiento legislativo que prioriza la salud pública
La hostelería sevillana rechaza la prohibición de fumar en terrazas y alerta del impacto en el turismo
En 2024, las muertes por cáncer de pulmón en mujeres en Sevilla han alcanzado un punto de inflexión histórico. Por primera vez, los fallecimientos por este tipo de tumor, directamente relacionado con el tabaquismo, se han acercado peligrosamente a los del cáncer de mama, tradicionalmente el más mortal entre la población femenina.
Según los datos provisionales de mortalidad absoluta publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la provincia se contabilizaron 215 muertes por cáncer de bronquios y pulmón, lo que supone un incremento del 8,4 % respecto a 2023. La cifra contrasta con las 273 muertes por cáncer de mama, reduciendo la brecha a apenas medio centenar de casos.
La tendencia no es nueva, pero sí alarmante. En los últimos cinco años, la mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres ha seguido una escalada constante: 167 muertes en 2020, 187 en 2021, 197 en 2022 y 2023, hasta llegar a las 215 de este año. Detrás de este aumento, según coinciden oncólogos y neumólogos, está el aumento sostenido del consumo de tabaco entre mujeres, especialmente desde la década de los 70, cuando se produjo una incorporación más tardía pero creciente al hábito tabáquico.
El doctor David Vicente Baz, director de Estrategia en Cáncer en Andalucía y oncólogo médico en el Hospital Virgen Macarena, advierte de que el cáncer de pulmón se ha convertido ya en el tercer tumor más común entre las mujeres, solo por detrás del de mama y el colorrectal, pero ya se equipara en número de muertes al primero. “En algunas regiones incluso lo ha superado”, señala Vicente Baz. "El tabaco no sólo está detrás del cáncer de pulmón, sino también de muchos otros: páncreas, esófago, cabeza y cuello, vejiga, estómago o riñón. Dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar al menos 12 tipos de cáncer".
Frente a este escenario, el oncólogo subraya la importancia de abordar el tabaquismo como una enfermedad crónica adictiva. "Las personas que fuman son enfermos y así deben ser tratados. Las leyes que restringen el consumo de tabaco son, en realidad, herramientas de salud pública".
En este contexto, el Gobierno ha aprobado recientemente la nueva ley antitabaco, que entre otras medidas, prohíbe fumar en terrazas de bares y restaurantes, así como en instalaciones deportivas, piscinas de uso colectivo, parques infantiles, paradas de autobús, exteriores de centros educativos y sanitarios, y en vehículos de transporte profesional.
Aunque la norma no ha incluido finalmente el empaquetado genérico ni la subida de precios del tabaco, sí representa, según la ministra de Sanidad, Mónica García, una reforma de calado que antepone el derecho a la salud sobre intereses económicos. "El tabaco mata a 50.000 personas al año en España. Esta ley vuelve a colocar a nuestro país en la vanguardia de la lucha contra el tabaquismo", afirmó García durante la presentación del texto legislativo, aludiendo al precedente de las leyes de 2005 y 2010.
Además de los cigarrillos convencionales, la normativa incluye también los cigarrillos electrónicos y otros dispositivos de nicotina, como los vapers y shishas, extendiendo a estos productos las mismas restricciones.
Aunque celebrada por la comunidad científica, la ley se queda corta en algunas de sus ambiciones iniciales. Las medidas más contundentes, como el aumento del precio del tabaco, se han quedado fuera del texto final por desacuerdos políticos. No obstante, especialistas como Vicente Baz consideran que avanzar en la restricción del consumo en espacios públicos es un paso esencial, tanto para prevenir nuevas adicciones como para proteger la salud de los no fumadores.
La correlación entre el consumo de tabaco y la mortalidad femenina por cáncer de pulmón está hoy más clara que nunca. En palabras del oncólogo andaluz. "Cada cigarrillo que no se enciende es un pequeño triunfo contra el cáncer. Cada ley que lo restringe, una victoria colectiva por la vida".
Temas relacionados
No hay comentarios