Sevilla estrena dos nuevas conexiones con Varsovia y Breslavia este invierno: precios, frecuencias y qué ver
Ryanair incorpora ambos destinos a su oferta para esta temporada, que refuerza sus rutas a Oporto o Marrakech, mientras recorta las de Canarias por las tasas aeroportuarias
Ryanair mantiene su apuesta por la capital hispalense con 50 rutas para la temporada de invierno. La aerolínea irlandesa es el principal operador en el Aeropuerto de San Pablo y prevé cerrar este 2025 con 4 millones de pasajeros. No obstante, la subida de las tasas aeroportuarias ha motivado la supresión de dos conexiones entre Sevilla y Canarias, que ya han asumido otras compañías.
El operado aéreo de bajo coste realiza 235 frecuencias semanales y conecta con 15 países. Se han añadido más vuelos semanales a los trayectos de Oporto o Marrakech y, como principal novedad, Ryanair sumará dos rutas a las ciudades polacas de Varsovia y Breslavia. A continuación, te detallamos las frecuencias y los precios de estos nuevos vuelos directos.
Vuelos de Sevilla a Polonia con Ryanair
La conexión con Varsovia comenzará a operar el 29 de octubre y contará con dos frecuencias semanales desde el Aeropuerto de Sevilla. Los vuelos saldrán los miércoles a las 14:25, con llegada a la capital polaca a las 18:15 horas, mientras que los sábados, estos horarios se adelantan veinte minutos. Puedes encontrar los vuelos más baratos desde 27,99 euros.
Por su parte, los vuelos Sevilla-Breslavia se ofertan a partir del 6 de diciembre, coincidiendo con el puente de la Constitución. Asimismo, tendrán dos frecuencias semanales: los lunes a las 21:20 horas y los sábados a las 20:20 horas, con llegada a Breslavia a las 00:50 y 23:50 horas, respectivamente. Los billetes más económicos están disponibles desde 53 euros.
Qué ver en Varsovia
La capital y ciudad más poblada de Polonia, Varsovia, está dividida en dos por el río Vístula. Marcada por su destrucción casi completa durante la Segunda Guerra Mundial, fue conocida como "la París del Este" por su belleza. Parte de este encanto lo descubrirás en su "joven" casco antiguo, que fue sometido a una profunda reconstrucción tras los bombardeos, lo que le valió el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.
La Ciudad Vieja (Stare Miasto) se caracteriza por sus calles empedradas y casas de arquitectura medieval y fachadas de colores. Algunos de sus atractivos son la Catedral de San Juan Bautista o la plaza del Castillo. Detrás de ella, se encuentra la Barbacana, la puerta que separa la antigua villa medieval de la Ciudad Nueva (Nowe Miasto), donde se encuentra la casa natal de Marie Curie en el número 16 de la calle Freta.
Finalmente, merece la pena una visita al bohemio barrio de Praga, en la margen derecha del Vístula. Destaca su arquitectura presidida por los edificios de preguerra con sus pequeños patios interiores. Se trata de una zona con numerosas galerías de arte, muestras de arte urbano y museos, incluido el de los Neones o el del Vodka.
Qué ver en Breslavia
Breslavia (o Wroclaw, en polaco), la capital de la Baja Silesia, es una ciudad formada por doce islas conectadas por más de 120 puentes. Al igual que Varsovia, fue parcialmente destruida durante la contienda. Entre sus atractivos, se encuentra su enorme plaza del mercado, la segunda más grande del país con casi 4 hectáreas, 11 calles y 60 números. En los alrededores, también podrás descubrir Piwnica Świdnicka, que dice ser la cervecería más antigua de Europa. La plaza alberga asimismo el antiguo ayuntamiento, de estilo gótico civil.
La arquitectura de Breslavia refleja su pasado bohemio. austriaco y prusiano —pertenece a Polonia desde el fin de la guerra—. Sus calles están salpicadas por las típicas casitas de colores y por simpáticas mini-esculturas de gnomos. Hay más de 400 en toda la ciudad y se han convertido en un verdadero reclamo turístico.
Otros lugares de interés son su catedral (en mitad de una isla), el Panorama de Racławice, un original museo de pintura panorámica; o el aula leopoldina de la antigua universidad, una joya barroca en la que podrías sufrir el síndrome de Stendhal.
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