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Robos en Sevilla

El resurgir del tirón

El resurgir del tirón

El resurgir del tirón / Rosell

El cada vez más extendido uso del teléfono móvil por la calle ha traído de vuelto una modalidad delictiva que estaba en desuso desde hace años: el tirón. Decenas de delincuentes han vuelto a robar como se hacía en los años ochenta y noventa. Circulan en moto o en bicicleta por las aceras, se aproximan a las víctimas y le arrebatan el teléfono móvil. Buscan principalmente los de alta gama, sobre todo los iPhone, pero tampoco hacen ascos a otros terminales caros. Aunque los bolsos no son ahora su prioridad, tampoco dudarán en asestar un tirón a una mujer y arrastrarla por el suelo si se les pone a tiro.

En los últimos tres meses, los robos con violencia e intimidación (modalidad en la que se incluyen los tirones) se han multiplicado en Sevilla capital. Entre enero y marzo se registraron en la ciudad 437 delitos de este tipo, lo que supone un incremento del 21,1% en relación con el mismo periodo del año anterior. La media diaria es de cinco casos. Así figura en las estadísticas oficiales que publica cada trimestre el Ministerio del Interior en su página web. Todavía no se han hecho públicos los datos del segundo trimestre del año y los más actuales que hay disponibles son los del primero.

No hay estadísticas específicas de tirones, pero los datos genéricos de los robos con violencia pueden servir de referencia. En los robos con violencia se incluyen también las sirlas (robos a punta de navaja) y los atracos. Ninguna de estas especialidades ha subido tanto como el tirón. Los delincuentes incluso están aprovechando las nuevas tecnologías. Se han dado casos de un par de tironeros que han cometido sus delitos circulando en una moto eléctrica de una de las empresas de alquiler que operan en Sevilla.

El último tirón conocido ocurrió el pasado martes en Nervión. Dos individuos huyeron a bordo de un ciclomotor tras cometer un robo en la calle Marqués de Nervión. Se dirigieron en sentido contrario por esta vía hacia la avenida de Ramón y Cajal. La Policía Local acudió a la llamada de la víctima pero perdió la pista a los tironeros. De ellos se saben que iban en un ciclomotor oscuro y que llevaban cascos negros.

Su descripción coincidía con la de unos delincuentes que habían cometido varios robos similares en los últimos días en las calles de Nervión. Los fines de semana suelen ser especialmente activos para los tironeros. El fin del semana del 15 y 16 de junio se registraron varios robos similares, cometidos presuntamente por los mismos delincuentes a bordo de una moto blanca. Sustrajeron varios teléfonos móviles en Luis Montoto, José Laguillo, la avenida de Andalucía y el polígono de San Pablo.

Uno de los sospechosos fue detenido por la Policía Nacional el 17 de junio. Era Luis Miguel E. S., de 40 años y vecino de Los Pajaritos, un tipo que tenía antecedentes por distintos delitos, como robos con fuerza, sirlas y hurtos de vehículos. Fue arrestado por el grupo de investigación de la comisaría del distrito de Nervión de la Policía Nacional, que le imputó varios delitos. El juez decretó su ingreso en prisión provisional.

Falta por detener a su acompañante, que no se descarta que sea uno de los dos que participó en el último robo de Marqués de Nervión. El goteo de detenidos ha sido incesante durante los primeros meses del año. Tres semanas antes de la detención de Luis Miguel E. S., el 27 de abril, la Policía Local detuvo a un hombre de 40 años por robar un bolso dando un tirón en la calle Clemente Hidalgo, a unos metros de la Jefatura de este cuerpo.

El 10 de abril, de nuevo la Policía Local arrestó a un tironero de origen marroquí que acababa de sustraer un bolso en la Alameda de Hércules. Fue detenido tras una persecución y los policías averiguaron que el individuo había cometido otros dos robos de la misma forma poco antes.

Aquel era el segundo tironero arrestado en la misma semana. La Policía Nacional había detenido a Víctor José D. L., de 36 años y vecino del Cerro del Águila, que se dedicaba a robar teléfonos móviles con una bicicleta. Arrebataba los teléfonos a las personas que iban chateando, hablando por teléfono o simplemente mirando el aparato por la calle. Operaba también en Nervión, casi siempre en las inmediaciones de la Gran Plaza, y se movía por el carril bici para acercarse a las víctimas sin levantar sospechas.

Otro fin de semana anterior, dos delincuentes utilizaron una moto de Muving para asestar al menos cinco tirones. Operaron en la Ronda del Tamarguillo, en la avenida de Hytasa y en las inmediaciones del centro comercial Los Arcos. Una de las víctimas resultó herida en uno de los robos.

Aunque ha sido la zona más afectada, Nervión no ha sido la única en estos meses. Un punto caliente durante los primeros meses del año fue el Hospital Virgen Macarena. Varias personas fueron asaltadas por dos tironeros que les robaban los teléfonos móviles cuando salían del hospital. Uno de los afectados fue el ex alcalde de Carmona y portavoz del colectivo Marea Blanca, Sebastián Martín Recio, que salía del Virgen Macarena de visitar a un familiar y estaba enviando un WhatsApp para informar al resto de parientes cuando fue abordado por detrás por dos individuos en una moto que le quitaron el móvil.

Además de este caso, hubo otros en las inmediaciones, en la Ronda de Pío XII y en la avenida del Doctor Fedriani. Algunas de las víctimas estaban esperando el autobús y consultaban el teléfono móvil cuando fueron sorprendidas por los tironeros.

A principios de febrero se produjo otro robo por este sistema en las inmediaciones del Parque de Miraflores, en concreto en la avenida de la Mujer Trabajadora. En ese caso, dos tironeros se acercaron a una mujer para sustraerle el bolso y llegaron a arrastrarla por el suelo, causándole lesiones. 

El año pasado también hubo varios tirones, pero fueron episodios mucho más puntuales que los de ahora. Hubo, por ejemplo, un par de delincuentes que cometieron cinco delitos en una sola noche por las calles de Nervión con una moto robada. O una mujer que fue también arrastrada por el suelo en Triana. Pero hasta finales de año, estos robos se habían mantenido en unos índices relativamente bajos.

El repunte del tirón también ha supuesto de manera indirecta el de otro delito: el robo de ciclomotores. O el hurto de uso de vehículo, como se le conoce técnicamente. Según los datos facilitados por Interior, en Sevilla se robaron 320 vehículos entre enero y marzo de 2019, lo que supuso un incremento del 26% en relación con el primer trimestre del año 2018, que se cerró con 254 delitos.

La estadística no desglosa el número de motos y de coches sustraídos, pero se roban muchas más motos que coches. Buena parte de ellas se utilizan después para la comisión de algún delito, como robos con fuerza y también los tirones. De esta forma, los tironeros se aseguran de que no puedan ser identificados por la matrícula de la moto.

Los tirones sufrieron un repunte similar a este en el año 2010. Se debió al incremento del precio del oro, lo que hizo que crecieran los robos con violencia para sustraer joyas, sobre todo cadenas y gargantillas. Fue una subida típica de los tiempos de crisis económica, cuando el oro aumenta su precio al tratarse de un valor refugio.

Entre aquel momento y el actual, los tirones eran muy esporádicos en Sevilla y sólo eran obra de delincuentes muy especializados en este tipo de delitos, que volvieron a actuar cuando salieron de prisión. Uno de ellos es Laureano R. T., que llegó a lesionar a seis personas en el centro de Sevilla en 2014, otro joven de 20 años que asaltó a 18 mujeres de avanzada edad en Nervión en el mismo año, y otro que en 2017 robó a 15 personas en el Polígono Norte.

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