Champions League, las palabras mágicas para los clubes del nivel del Sevilla Fútbol Club, y llega esta cita decisiva contra el Borussia Dortmund en medio del bochorno generalizado entre todos los seguidores sevillistas por la situación del equipo y por la gestión que se está llevando desde la cúpula de la entidad, léase José Castro, José María del Nido Carrasco y Monchi, de la posible salida de Julen Lopetegui del banquillo del equipo. El entrenador vasco deberá hacer un ejercicio de amnesia y de refugiarse dentro de una campana de cristal para dirigir a los suyos en esta decisiva cita contra el cuadro alemán en pos de intentar alcanzar los octavos de final.

Porque la situación en todo lo que sucede en torno al Sevilla llega a producir un sincero sonrojo entre quienes no lo ven todo sólo desde la pasión y sí tratan de acudir a un mínimo de criterio para buscar las explicaciones a todo lo que está sucediendo. El Sevilla, que puede jugar hoy este partido contra el Borussia Dortmund por la sencilla razón de que concluyó la Liga cuarto por tercera temporada consecutiva, ha entrado en una espiral autodestructiva que ni siquiera se sabe a dónde lo llevará finalmente.

Por segunda vez en las últimas semanas, se ha retransmitido casi en directo la reunión del comité de dirección del consejo para destituir a Lopetegui del puesto de entrenador. Fue en la tarde del lunes y por una causa o por otra, léase que el sustituto, Jorge Sampaoli, según todas las fuentes de la entidad, no está dispuesto a tragarse el sapo de un partido de tanta trascendencia sin conocer siquiera a sus futbolistas, lo cierto es que el entrenador volverá a el hombre que ganó la última Liga Europa para el Sevilla y que ha conseguido, además, clasificaciones históricas en sus tres años en la entidad. En el banquillo, pues, estará de pie un hombre que se merece el mayor de los respetos mientras que esté al frente del equipo.

Hasta ese punto de perplejidad se llega cuando se disputa un partido que, en teoría, podría ser trascendental para la lucha por la segunda plaza de este grupo de la Liga de Campeones. Pero ya no tiene remedio todo lo perpetrado desde la planta alta del Ramón Sánchez-Pizjuán, donde también está uno de los despachos de Monchi, que tiene otro en la ciudad deportiva. Ahora, bien harían tanto Lopetegui, si se lo permite su situación, como sus futbolistas en tratar de revertir la trayectoria sobre el césped, aunque para eso no parece muy claro que existan los mimbres adecuados.

Pero el fútbol es un mundo fluctuante, nunca existen las verdades absolutas, ni las positivas ni las negativas. Que suelen salir mejor las cosas cuando se trabaja bien las cosas es una evidencia, pero también hay veces que todo cambia por una simple pieza que ingrese en la maquinaria y provoque todo funcione de forma más sincronizada. ¿Marcao? Pues si se llega a recuperar del todo, alguna vez, podría ser, el equipo sevillista necesita como el comer a un defensa central de nivel que le dé solidez y cuentan quienes han visto al brasileño tanto jugar como entrenar que por ahí sí podría subir el rendimiento de todo el colectivo.

A la espera de eso, sí es función del entrenador, de Lopetegui a día de hoy, conseguir que Joan Jordán vuelva a ser uno de los futbolistas que marcan las diferencias dentro del equipo, ya que el catalán ha sido uno de los mejores elementos para el entrenador vasco en las tres temporadas que éste lleva al mando de la nave sevillista. Por tanto, recuperar a un hombre que ha sido fundamental es también otra de las obligaciones del responsable de la parcela técnica de una plantilla.

Igual sucede con Acuña, con Fernando, si estuviera recuperado, que no parece que vaya a ser así, incluso con Papu Gómez, hasta con Jesús Navas y, en menor medida, con Rakitic, aunque en estos dos últimos influya el pobre nivel físico que aparentan durante los partidos más allá de los medidores durante las sesiones preparatorias.

A partir de mejorar el rendimiento individual de cada una de la piezas, el trabajo de Lopetegui también será que todos ellos se sumen a Isco, el único que está sumando al colectivo de momento, a la hora de hacer funcionar a todo el engranaje. También, por supuesto, a aquel En-Nesyri que fuera capaz de marcar goles de todos los tipos hace sólo dos años.

Con Fernando, pues, prácticamente descartado tras no haber participado en el último entrenamiento, son muchas cosas, demasiadas, las que deben mejorar para que el Sevilla, al menos, sea capaz de competir con sus rivales y el Borussia Dortmund es el primero con el que se va a topar en esta cita de la Champions League, de esas dos palabras mágicas que aparecen en medio de ese bochorno generalizado que viven todos los que sienten la fe balompédica radicada en el sevillanísimo barrio de Nervión.