Dispar criterio de Alberola entre el posible penalti a Rubén Vargas y el gol anulado a Isaac
Sevilla-Elche
Ali Houary agarró levemente por detrás al suizo dejándolo caer en el área e Isaac apenas toca a Affengruber en la acción que pudo suponer el 3-2
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Javier Alberola Rojas es uno de los árbitros que siempre ha tenido más definido un criterio permisivo a la hora de enjuiciar las acciones dudas de este deporte de contacto llamado fútbol. El árbitro manchego es uno de esos colegiados que permite el roce y la fricción y que es dialogante con los futbolistas. Sin embargo, en el Sevilla-Elche bajó un escaloncito al discernir de forma muy dispar acciones similares.
Y tuvo disparidad tanto en el reparto de tarjetas -fue significativo que Marcao se fuera sin ninguna amarilla y Agoumé viera una temprana y rigurosa- como en algunas decisiones polémicas. Acertó casi siempre en un partido tenso y vibrante. Pero quedó la duda sobre si no aplicó el mismo criterio en dos acciones que podrían haber beneficiado al Sevilla.
La primera fue un posible penalti a Rubén Vargas de Ali Houary en el minuto 24. El mediapunta suizo se internó en el área y el mediocampista del Elche lo agarró del brazo y la camiseta por detrás dejándolo caer sin poder jugar el balón y con clara intención de desequilibrarlo porque había sido claramente superado. Alberola estaba muy cerca y entendió que el agarre del hispano-marroquí fue insuficiente para decretar falta dentro del área y por tanto penalti.
En cambio, en el minuto 89, pitó falta estando más lejos de la acción, cuando Isaac se vio emparedado por Héctor Fort, que le hace una carga, y Affengruber, que se le cruza por delante en un balón dividido. El lebrijano reacciona con brío en pos del balón y le pone la mano en el hombro y el central austríaco cae sin que se aprecie bien si alguna de las piernas de aquél lo roza siquiera. Es más, en alguna imagen lateral se aprecia cómo el defensor del Elche hinca su empeine en el césped y cae. ¿Fruto del agarroncillo de Isaac en el hombro o de algún tropiezo? He ahí la duda que quedó en el limbo.
Esta jugada terminó en gol de Isaac. Aunque en esta ocasión, al contrario que en otras, el árbitro no dejó seguir la jugada y pitó falta previa. El VAR no revisó porque el disparo a puerta llegó ya con el juego parado, pese a lo cual Dituro se estiró y rozó la pelota antes de que ésta entrara junto al poste.
Justo tres minutos antes, en el 86, el VAR sí validó el gol de Peque que había anulado Alberola por un fuera de juego que señaló su asistente y que no existía. Eso sí. Peque también braceó con el defensor antes de su pared con Alexis. Y ahí no vio falta. Fue el 2-2. Y la casi inmediata jugada posterior para el que pudo ser el 3-2, quizá por estar demasiado cerca de la otra, mereció una consideración distinta. He ahí el dispar criterio de un árbitro que sí acertó en los goles anulados a Isaac en el 46' por fuera de juego y en el 52' por falta previa de Nianzou amarilla incluida por calzo.
Entre tantos aciertos fue desconcertante que en dos acciones como las de Rubén Vargas e Isaac tuviera un criterio tan dispar. Una no la consideró falta y la otra sí.
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