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La polémica de la zona DOGSO: amarilla a Tchouaméni y roja a Badé

En el Barcelona-Real Madrid Hernández Hernández no expulsó al defensor madridista por un derribo a Ferran idéntico al del central sevillista sobre Mbappé o incluso más claro

De rojas y protestas: ¡La gente quiere fútbol, pero el antiguo!

Busquets Ferrer insta a Caparrós a abandonar el césped tras el Sevilla-Real Madrid. / José Ángel García

Protestas de un sevillismo en pie de guerra al margen, el Sevilla-Real Madrid que significó el cierre del telón de la Liga 2024-25 en el Ramón Sánchez-Pizjuán dejó una polémica que fue amainada porque ninguno de los dos contendientes tenía nada en juego. Pero, ¿y si el Sevilla se hubiese jugado el descenso? La roja a Badé fue motivo de una encendida protesta de Joaquín Caparrós, que cargó duramente contra los instrumentos del VAR y la aplicación desnaturalizada de la tecnología al fútbol, olvidando el contexto del juego. En el Sevilla nadie la entendió bien, aunque con la norma en la mano de la zona DOGSO puede interpretarse como expulsión.

El problema llega cuando hay ejemplos recientísimos de que la vara de medir varía según quién sea el infractor. Ahí la norma ya no parece ser tan clara. En el Barcelona-Real Madrid del 11 de mayo (apenas seis días antes) Hernández Hernández decidió no expulsar a Tchouaméni por una jugada idéntica en la que la zona DOGSO fue agua de borrajas. El central madridista derribó a Ferran arrollándolo por detrás más cerca del área y con el atacante barcelonista enfilando la portería. Pero el canario le mostró la amarilla y el VAR no le corrigió la decisión. Fue en el minuto 36 y en ese momento el duelo estaba abierto con 2-2 en el marcador.

Montjuïc ardió en protestas. No fue la única decisión polémica de Hernández Hernández, que fue objeto de críticas por anular un gol a Fermín por una mano accidental previa en el arranque de la jugada y en cambio revisó en el monitor del VAR una mano clarísima de Tchouaméni interceptando un disparo a quemarropa en el área chica prácticamente y no pitó penalti pese a la recomendación del auxiliar en la sala VOR.

Esas polémicas corresponden al contexto de la rivalidad Madrid-Barça. Pero viendo las imágenes de Badé y su derribo por leve toque con el brazo a Mbappé en el minuto 12 y la del derribo de Tchouaméni a Ferran empujando con los dos brazos y trabándolo por detrás en el minuto 36 del denominado clásico es imposible no dudar de que las reglas y sus nuevos sostenes tecnológicos no son iguales para todo los equipos.

Qué es la zona DOGSO

En 2017 se implementó la zona DOGSO para dirimir qué acciones punibles por faltas fuera del área o incluso dentro eran merecedoras de tarjeta roja además del correspondiente libre directo o del penalti. Se trata de la sigla del concepto inglés Denying Obvious Goal Scoring Opportunity (negación de una oportunidad de gol evidente). Y está referida a una zona delimitada por un hexágono irregular que parte del mediocampo hasta el área, en donde los lados paralelos se reducen en oblicuo en dirección a la portería porque en los extremos del área de penalti no es tan obvia la ocasión de gol.

Indicaciones sobre las amonestaciones pertinentes en la zona DOGSO. / DAZN

Es lo que aplicó Busquets Ferrer cuando mostró la tarjeta roja sin dudar a Badé. El jugador francés estaba mal perfilado ante Mbappé cuando Bellingham lanzó un balón vertical al espacio cogiendo la espalda del sevillista, quien toca levemente con el brazo al atacante madridista, quien estaba iniciando la carrera de desmarque de dentro hacia fuera. Hacia fuera de la zona DOGSO. Pero como era último hombre y a pesar de que Nyland podría haber llegado al balón, el colegiado balear no dudó en sacar la roja y Soto Grado se la confirmó desde la sala VOR.

El agravio con la amarilla a Tchouaméni

En el caso de la acción de Tchouaméni sobre Ferran, la acción se produce mucho más cerca del área y el balón iba dirección oblicua hacia el área mientras que en la de Mbappé la dirección del esférico era más paralela a la línea de banda. Ambas acciones están dentro del hexágono irregular que delimita la zona DOGSO. Pero Hernández Hernández no consideró que fuese ocasión manifiesta de gol y sólo le mostró amarilla. Martínez Munuera, que sí llamó al canario para que revisara la mano en el área de Tchoauméni posteriormente, no lo instó a que revisara la acción de la amarilla por el derribo a Ferran.

El hecho de que el derribo sea por un leve agarrón o por empujón por detrás o un derribo con las piernas es indiferente cuando la acción se produce en la zona DOGSO y el infractor es considerado como último hombre, por lo que impide una potencial ocasión manifiesta de gol. Badé toca levemente con su brazo y Tchouaméni derriba por detrás al atacante con los dos brazos y arrollándolo, a Mbappé y Ferran respectivamente. Que el delantero francés exagerara o no la caída no es tampoco clave: Badé lo toca y lo desequilibra y el atacante no hace por enderezar la carrera. Es legítimo. ¿Pero por qué uno ve la roja y otro la amarilla?

Siendo escrupulosos Ferran incluso es entrado con más intensidad por detrás. Tampoco eso influyó para que viera la roja el central madridista. La clave es que las dos acciones se producen en la zona DOGSO, incluso más cercana al área en el caso del Barça-Madrid, y uno ve roja y otro amarilla. ¿Quién no puede ver aquí agravios comparativos?

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