Si cimbrea el único pilar visible...
Almeyda pierde crédito peligrosamente en un club en el que, con el presidente y el director deportivo agazapados, se ha convertido en el único que se expone ante jugadores y afición
Opinión: La felicidad de Cordón
José María del Nido Carrasco creó la figura del presidente de honor para no tener que exponerse, Antonio Cordón no sale a escena desde que cerró el mercado en una rueda de prensa convocada con nocturnidad y alevosía a las once y media de la noche... Puede decirse que, con rumores también confirmados por los propios grandes accionistas de negociaciones con diversos fondos de inversión para una inminente venta, el Sevilla hoy por hoy es un club fantasma en el que hasta ahora el único que lo mantiene conectado a la realidad es Matías Almeyda.
El entrenador, con sólo cuatro meses aquí, se ha convertido en el único pilar visible ante la ausencia absoluta de esa figura capaz de argumentar cada paso que se da o se cambia en el proyecto, reconducir la opinión externa, tanto de aficionados como de medios de comunicación, meter presión a la plantilla y no hablemos ya de hacerse respetar ante rivales, árbitros, comités o en la misma asamblea general de LaLiga.
Hubo una época en la que no sólo había dos figuras fuertes en la entidad en este aspecto, José María del Nido Benavente y Monchi. Hoy... el vacío. La única vía de unión con el resto del mundo es Almeyda. Y hoy el Sevilla está tocado porque Almeyda está tocado.
Peores números que García Pimienta
Con tres derrotas consecutivas, el equipo nervionense es el único de los 20 participantes del torneo que ha hecho un 0 de 9 desde el último parón. Y los números son el filo del hacha para los entrenadores. Ya nadie recuerda los elogios recibidos por el bonaerense tras golear al Barcelona y colocar a la peor plantilla de Primera –por salario– en la sexta posición. Ahora mismo la estadística dice que el Sevilla de Almeyda es peor que el de García Pimienta, pues suma dos puntos menos (13 contra 15) que el de la pasada temporada tras once jornadas disputadas. Pero es que seis derrotas de once no se sostienen... Las dudas ya han vuelto otra vez y con un consejo ejecutivo que se mueve por impulsos y por miedo a la bronca del Sánchez-Pizjuán cualquier cosa puede pasar si no cae una victoria ante el Osasuna este sábado.
Almeyda se había ganado el respeto por su mensaje franco, directo y lleno de lógica. Sin duda, es un buen psicólogo, sabe expresarse y tiene un buen talante. No es fácil encontrar esas virtudes en un mundo, el de los entrenadores, en el que casi todos dicen lo mismo, es decir, nada. Entre otras cosas porque no les conviene.
Pero Almeyda ha dejado dudas en lo que de verdad importa, lo futbolístico. Ha demostrado no saber manejar partidos que no se pueden ganar y se pueden empatar y ha gestionado mal cambios y lesiones.
Y es lo peor que le puede pasar al Sevilla, que la criptonita deje sin poderes a su único héroe. Aunque de paso, tampoco está mal que sea un aviso y que entiendan que en un club tiene que estar la figura que apriete, que exija a los futbolistas... o al propio entrenador.
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