¿Y si Almeyda no es tan canchero?
El argentino se está mostrando tan mesurado en el discurso como temerario sobre el césped, llevado por su agresivo sistema al que le falta templar los partidos
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El primero que usó el concepto “partido a partido” fue Joaquín Caparrós, aunque luego ese lema lo tomó como propio Diego Pablo Simeone hasta el punto de que ya la generalidad de la opinión pública futbolera le da su autoría al argentino como leitmotiv del llamado cholismo. Matías Almeyda también lo usa, aunque en su discurso franco y directo con el que enganchó al sevillismo desde el primer dío le dio un matiz particular: “Hay que reconstruir el Sevilla de a poco”.
Esa mesura en sus mensajes, lejos de la grandilocuencia a veces fatua de otros predecesores, caló en la afición y, a fuerza de repartir roles y esfuerzos, también en una plantilla que tiene muchas limitaciones. Entre ellas, las de un organizador del juego que temple los partidos. Hasta ahora el Sevilla ha sido más fiable a domicilio o contra un rival que se arroga el peso del partido como el Barcelona.
Así logró sus cuatro triunfos, con las armas de la agresividad, la intensidad, los duelos individuales... Pero por ahí también se le está yendo la posibilidad de amarrar partidos como el del Mallorca. ¿Se imaginan a Caparrós o el Cholo regalando tres goles en diez minutos ante el colista tras ir ganando 1-0?
Por ahora, Almeyda está gestionando bien una plantilla muy cogidita con alfileres, como demostró la ausencia de los dos veteranos, el lesionado Azpilicueta al inicio del partido y Alexis, que faltó a la titularidad hasta que ingresó para intentar dar coherencia ofensiva como suplente y se produjo el desastre. La apuesta por Januzaj, al que también usa como contemporizador del juego, tuvo como resultado contra el Mallorca la pérdida que dio lugar al 1-2. Y no es la primera vez que el belga influye negativamente en ese sentido.
El hecho de que tenga que tirar de un delantero o un extremo como organizador habla de una carencia. A la plantilla que mal que bien ha construido Antonio Cordón le falta un organizador claro del juego, un hombre con temple que esconda la pelota y cierre los partidos. Sin no es con gol, porque falta eficacia, con el balón, sin permitir jugadas perniciosas al contrataque con el marcador corto. La otra carencia ya puede ser responsabilidad de la estrategia o el sistema de juego del argentino, que ahora tendrá la baja para varios partidos de una pieza clave como Mendy, no precisamente un organizador del juego.
El problema es no saber manejar partidos que están en el alambre o de cara. Ahí sale la faceta temeraria del Pelado, como en Bilbao, como contra el Villarreal y sobre todo como contra el colista Mallorca. ¿Y si no es tan canchero Almeyda?
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