La Expo y su legado en cartel
El Pabellón de Italia recoge 24 de los más de 200 carteles del coleccionista Ángel Aramburu
Ángel Aramburu tenía doce años cuando se inauguró la Exposición Universal del 92. Como a otros tantos niños de la época, le sorprendió ver reunidos en un mismo espacio diferentes culturas del mundo -"en Sevilla no estábamos acostumbrados a ver a chinos o a africanos como ahora"-, y, como otros tantos sevillanos, perteneció a una de aquellas familias que compraron el pase de temporada y la Isla de la Cartuja se convirtió en su segunda casa. Además, tuvo la suerte de ser testigo de los avances que cada día se hacían en su construcción. "Fue un privilegio ver crecer la Torre Schindler o la colocación del puente de la Barqueta, entre otros edificios, cuando iba al colegio". Enamorado del evento, a lo largo de estos 22 años ha ido recopilando todo tipo de recuerdos de la muestra, desde pins, monedas o sellos hasta gorras y artículos de prensa. Hoy, y hasta el 29 de agosto en el Pabellón de Italia, exhibe el mayor de sus tesoros: una colección de carteles diseñados para la Expo 92.
Actual vicepresidente de la Asociación Legado Expo Sevilla, entidad que organiza la muestra en colaboración con el PCT Catuja, Aramburu expone 24 de los más de 200 carteles originales que ha llegado a compilar.
Bajo el título Carteles para el 92, la mayoría de las piezas exhibidas son fruto del concurso internacional de ideas que organizó la Sociedad Estatal Expo 92 en 1988 en busca de diseños que promocionaran la muestra universal por todo el mundo. Algunos son fácilmente identificables por los sevillanos por el éxito que alcanzaron; otros, a pesar de su calidad, apenas se utilizaron. Pero la verdadera joya de la muestra son los carteles diseñados por Javier Romero para el programa de espectáculos de la Expo. En ellos se detallan los cientos de eventos que cada día se representaban en los diferentes espacios escénicos repartidos por el recinto. Cada uno de estos presenta una imagen del lugar donde se celebraban. Así, el Auditorio, el Palenque, el Teatro Central (entonces Central Hispano), Cine Expo y la Plaza Sony quedan reflejados en los carteles por el artista con estudio en Nueva York.
Mucho ha sido el esfuerzo realizado por este joven para lograr hacerse con tal cantidad de carteles. Internet le ha servido para conseguir un buen número de ellos. "Buscando por internet, me encontré la oferta de un hombre que vendía la colección de su padre. Éste se dedicaba a cambiar de las marquesinas los carteles y, cada vez que sustituía uno, se guardaba un ejemplar del anterior. Tuve un golpe de suerte".
No falta en el Pabellón de Italia un ejemplar de la presentación de la mascota Curro o algunos elaborados por artistas internacionales como Guy Billout. El preferido del coleccionista: uno que agrupa varios elementos representativos del evento hoy desaparecidos como el Palenque o el telecabina. "También se ve el puente del Alamillo sin la cabeza de caballo que lo corona y la torre panorámica", describe Ángel Aramburu, que añade: "Todos, en cualquier caso, son representativos del diseño de la época y del diseño de la Expo, lo cual es también muy significativo".
El retrato de un niño de la India elaborado a base de elementos de la Exposición Universal, entre otros, completan una exhibición que, lejos de estar pensada sólo para nostálgicos se presenta ante aquellos que no vivieron el evento pero sí pueden disfrutar en la actualidad de su legado.
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