Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Hacer turismo por Sevilla puede ir de la mano, en muchos casos, de visitar algunos templos importantes de la ciudad. Tanto para quienes sean creyentes como para los que no, pero simplemente disfruten con la arquitectura o los motivos ornamentales de estos edificios, la hispalense está repleta de iglesias que son dignas de admiración. Desde Vivir en Sevilla te hablamos de cinco de ellas a las que puedes entrar para disfrutar de su belleza.
Esta emblemática construcción es propiedad de la Diputación de Sevilla desde el siglo XIX tras un proceso de desamortización. Fue construida entre 1699 y 1731 de la mano del arquitecto Leonardo de Figueroa y el proyecto contó con la supervisión de un escogido grupo de intelectuales jesuitas que tenían la idea de mostrar a los jóvenes novicios y a los visitantes del templo el poderío de la Compañía de Jesús.
Es uno de los enclaves que mejor se conservan del Barroco pleno en Sevilla. Destaca por su alto contenido simbólico y por la combinación de elementos del barroco europeo y las formas tradicionales locales. Tras la expulsión definitiva de los jesuitas en 1835 ha sido seminario, convento franciscano, hospital venerable, fábrica en el siglo XIX, hospicio y a principios del siglo XX, ya desacralizado, escenario para representaciones como Don Juan Tenorio. Estuvo entre las iglesias que no se incendiaron en la Guerra Civil, al encontrarse al lado del centro de la resistencia en Sevilla durante la ocupación de Queipo de Llano.
Se ha podido comprobar que la Parroquia Santa María la Blanca el único templo de Sevilla que conserva restos de las tres religiones: antigua mezquita, sinagoga y templo cristiano en 1391.
Es en 1661 cuando se decide la gran transformación, llevada a cabo por Juan González. Se derriba toda la iglesia, excepto la Capilla Mayor. Se sustituyen los pilares primitivos de piedra por cinco pares de columnas, sin basa ni capitel, de mármol jaspeado rojo de Antequera, talladas por el cantero Gabriel de Mena. Se abovedan las tres naves. El coro, con sillería en madera de caoba, se sitúa a los pies del templo, sobre un arco rebajado. La sobriedad exterior contrasta con la riqueza artística del interior, que la distingue del resto de iglesias de la ciudad y que la hace una de las más espectaculares de la hispalense.
Esta parroquia se construyó originalmente sobre una mezquita, probablemente. Con el paso de los años y después de sufrir derrumbes a consecuencia de un terremoto, en 1692 Leonardo de Figueroa comenzó la construcción del edificio actual que se consagró en 1724, creando uno de los templos barrocos más impresionantes de la ciudad.
Durante la invasión napoleónica se transformó la ciudad ensanchando calles y abriendo nuevas plazas, normalmente a costa de conventos e iglesias. Así en 1811 se derribó el antiguo templo para hacer la actual plaza de La Magdalena, trasladándose a la iglesia del convento de San Pablo el Real, volviendo a su antiguo templo en 1817. Tras ser derruida en 1842, la parroquia se instala definitivamente en el lugar en el que está en la actualidad. Entre sus muros residió la primera sede la Inquisición. El patrimonio artístico que atesora en su interior impresiona por su riqueza y cualificación estética.
La basílica menor de la Santísima María de la Esperanza Macarena es de construcción moderna y alberga una de las imágenes más veneradas de Sevilla, una talla de mediados del XVII conocida popularmente como la Macarena. También cuenta con el museo donde se exponen los diferentes enseres de su hermandad.
Fue declarada basílica menor en 1966 por el papa Pablo VI. El templo fue diseñado por Aurelio Gómez Millán en estilo barroco andaluz, respondiendo a los deseos de la Junta de Gobierno. El museo de la Hermandad de la Macarena es el segundo más visitado de Sevilla. Estas instalaciones pretenden poner en valor el importante patrimonio artístico que atesora la cofradía después de más de 400 años de historia.
La basílica menor del Santísimo Cristo de la Expiración, situada en el popular barrio de Triana, en Sevilla, es la sede de la Hermandad del Cachorro, que tuvo su origen en la primitiva capilla del Patrocinio a finales del siglo XVII. Es un centro de gran devoción popular y uno de los lugares más característicos de la tradición religiosa de Sevilla. La actual basílica del Patrocinio es el resultado de dos capillas que se levantan en diferentes épocas. La primitiva capilla del Patrocinio, data de finales del siglo XVII, cuando en 1689 se fusionaron en ella las Hermandades del Patrocinio y la del Cristo de la Expiración.
Por sus reducidas dimensiones, en el año 1946 se decidió construir junto a ella otra capilla adosada. El año 2012, el papa Benedicto XVI otorga a la iglesia del Cristo del Cachorro el título y la dignidad de basílica menor, un título que en Sevilla hasta entonces solo tenían los templos de la Macarena, el Gran Poder y la Trinidad. La iglesia se completa con una sala de exposiciones con todos los enseres de esta hermandad del popular barrio de Triana.
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