El Baloncesto Sevilla, ante el abismo más negro
El juzgado denegó la petición de medidas cautelares del club, que ahora, sin estar inscrito en una competición nacional, queda abocado a la liquidación por su deficiente gestión
Lo más fácil para contar algo suele ser empezar por el final, aunque en el caso del Baloncesto Sevilla, Betis Baloncesto hasta hace poco y heredero de los míticos Cajasol y Caja San Fernando, el final no explica cómo un club histórico se asoma al abismo de la desaparición, de la liquidación como sociedad deportiva tras 38 años de existencia. Una entidad que, para muchos, ya murió en 2016, y ahora la pueden terminar de rematar.
El caso es que la mala gestión del Grupo Hereda al frente del conjunto sevillano deja a la entidad al borde de la liquidación. El éxito deportivo fue tapando la deficiente gestión en el día a día y, pese a conquistar brillantemente el ascenso el 8 de junio, no consiguió cumplir, según la ACB con los requisitos para participar en la Liga Endesa y el Juzgado de Primera Instancia número 61 de Barcelona denegó las medidas cautelares solicitadas, por lo que las vías se agotan. No hay camino que tomar porque Pedro Fernández, presidente y dueño, decidió no inscribir al equipo en Primera FEB por si su apuesta salía rana y ahora no hay salida. Sólo queda la nada después de que el juzgado desestimara la adopción de medidas cautelares solicitadas el 28 de julio. No hay comunicación oficial por parte del club y, por su puesto, la vía Tik Tok para la comunicación se ha cerrado.
Cierto es que tiene 20 días para presentar un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Barcelona, pero ¿para qué? La batalla está perdida y la no inscripción en competición alguna para la próxima temporada parece que aboca al club a entrar en causa de liquidación, ya que todos los acuerdos de colaboración suscritos con instituciones y entidades como la Fundación Cajasol dependían de jugar en la ACB.
¿Y cómo se llega a esta situación? Evidentemente el último responsable es Pedro Fernández, quien ha tenido la gestión desde que el pasado julio el Real Betis lo vendiese. El proyecto del Betis multidisciplinar que empezó siendo un sueño acabó en pesadilla, con el féminas descendido, el fútbol sala liquidado tras un título y un ascenso a Primera División y la sección de baloncesto entregada a unas manos que lo han abocado a la desaparición. El empresario, como otros, creyó conocer como es Sevilla y su idiosincrasia deportiva y social y se irá sin conocerla, seguramente. Creyó que se ganaría el apoyo de empresas, instituciones y afición que nunca tuvo antes.¿Si antes no sé consiguió cómo creyó que él sí lo haría?
En 2016, por los motivos que sean, Ángel Haro, presidente del Betis, dio el paso adelante con el anterior propietario queriendo deshacerse de la entidad. Dos años antes, casi echa el cierre y al siguiente curso otra venta a alguien de fuera, Jefferson Capital Funding, salió rana. Nadie podía esperarlo con la pandilla que se junto... Desde entonces, tres descensos (dos hechos efectivos), cuando nunca había bajado antes, y dos ventas que salieron mal. La primera, en 2023, cuando se vendió el club al conglomerado mexicano del Grupo XOY de Carlos Lazo, empresario venezolano que acabó siendo denunciado por estafa piramidal y recientemente cazado en Nevada. El estado de Jalisco pide si extradición y seguramente prefiera quedarse encerrado en Estados Unidos.
El Betis, que ya cobró según dijo Ramón Alarcón, CEO verdiblanco, en la junta de accionistas de 2023, recuperó la propiedad y el pasado verano volvió a vender el equipo al Grupo Hereda de Pedro Fernández, cuya oferta era mayor que la de los hermanos Gonzalo y Sergio Crespo, con los que también se negoció sin llegar a un acuerdo y tras ello fundaron el Caja 87 (Segunda FEB) dando forma al proyecto que tenían en mente con el Betis (cambiar la denominación y volver a separar el baloncesto del fútbol). En los dos traspasos se mantuvieron el nombre, el escudo y los colores del Betis Baloncesto.
Y con este dueño, que prometió el ascenso -cumplió en lo deportivo-, jugar y ganar la Liga Endesa (evidentemente esto no) y que señalaba por Tik Tok a todos los que creía culpables menos a él, la historia parece que toca a su fin. Cierto es que las filtraciones de la ACB le dieron una base con la que pelear, que hizo pagos en tiempo y forma, pero otros no y había documentación que no cumplía con las exigencias requeridas por la ACB, un coto privado que pone sus reglas y el que quiera entrar tiene que cumplirlas.
No hay forma de coger un salvavidas siquiera, porque a mitad de agosto no hay club. Con la cantera parada, el filial sin inscribir en EBA y cientos de chavales y trabajadores buscándose desde ya su futuro lejos del Baloncesto Sevilla, el club que para muchos ya murió una vez y ahora lo han acabado de matar. Más de una década sin un verano tranquilo. Por suerte o desgracia, parece que el próximo al fin lo será.
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