La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La alegría de Fito
Desde su estreno ante el Villarreal, Antonio Álvarez ha apostado por jugar siempre con dos delanteros, algo que también fue habitual durante esta temporada con Manolo Jiménez, pero que no siempre ha ofrecido el rendimiento esperado. Y es que, sobre todo cuando los dos jugadores más adelantados han sido Luis Fabiano y Álvaro Negredo, el Sevilla carece de dinamismo en su zona de creación, algo que acaba por convertir en extremadamente largo el terreno de juego, lo que saca a relucir las carencias de un equipo mal confeccionado.
Decía el técnico nada más acabar el encuentro que su equipo había regalado 60 ó 70 minutos, precisamente los que Negredo estuvo sobre el campo. Ya no sólo es la falta de actitud del vallecano, a quien le cuesta un mundo tirar un desmarque, sino que siempre acaba peleado con Luis Fabiano. Tanto Negredo como el brasileño pisan los mismos terrenos, algo que acaba por atascar al Sevilla, que con la pareja formada por Lolo y Romaric en el eje central tampoco necesita demasiados motivos para perder la fluidez en el juego. Si a esto se le suma la escasa capacidad para recuperar balones en las zonas de peligro, el Sevilla acaba por convertirse en un equipo que deambula a merced del rival y hasta un Valladolid, muy motivado pero carente de calidad, acaba por meterlo en su propio campo.
La mala conjunción de Negredo con Luis Fabiano no es algo nuevo, pero Álvarez reincidió ayer en el error cometido en su estreno. Si Kanoute no pasa por su mejor momento, sobre todo ante la obligación de disputar tres partidos en esta semana, la tarea ineludible del cuerpo técnico es la de encontrar una solución táctica para dotar al equipo de equilibrio, algo que se pierde con la dupla de delanteros empleada ante el Valladolid.
Negredo no se llevará un buen recuerdo de su partido número 100 en Primera División. El vallecano fue el más contundente a la hora de criticar, a toro pasado, a su anterior entrenador, cuando indicó que el Sevilla de Jiménez sólo enviaba balones aéreos y dependía en exceso de Jesús Navas. Pero ni el cambio de entrenador ha servido para revitalizar a un jugador vallecano que aparece desmotivado o al menos sin esas ganas con las que sí se le vio en su última presencia con la selección española. Su buena relación con Vicente del Bosque le puede seguir abriendo las puertas del Mundial, pero bien haría el sevillista en ofrecer una mejor versión en estos últimos encuentros de campeonato o correría el peligro de ceder su puesto en favor de Fernando Llorente.
Antonio Álvarez, mientras, no acaba de encontrar la fórmula adecuada para que su Sevilla juegue como él predica en la sala de prensa. Descartado por él mismo el problema físico, el técnico tendrá que revisar su libreto para que el Sevilla no se vea superado por rivales que deberían estar a años luz de su equipo. Y quizás el técnico acabe por descartar la presencia de Negredo con Luis Fabiano desde el inicio, algo que no funciona, y también debería revisar esa manera de jugar que no alcanza la composición deseada. El Sevilla continúa con su mala racha en sus visitas a Pucela, donde no gana desde hace 14 años con, precisamente, Álvarez como segundo técnico y Luis Tevenet, su segundo, sobre el césped. Pero es que con la reiteración en los errores se hace complicado ganar en cualquier campo.
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