Un vasco clásico, un vasco nuevo

La capital vasca del fútbol es Bilbao, la del baloncesto, aun con las dentelladas vizcaínas, Vitoria. No está en esta Copa el gran Gescrap, que se pasea orgulloso por Europa, pero sí el Lagun Aro, nuevo en estas lides. Desde San Sebastián emerge otra alternativa vasca al poder del imperio Querejeta. Empezó trastabillado el equipo de Sito Alonso, con varias derrotas de salida. Pero emergió con una secuencia de siete victorias que le dio el pase a la Copa. Tan inesperado como merecido. Equipo de solventes veteranos (Salgado, Vidal, Panko, Doblas o Betts) que ha demostrado moverse en registros distintos. Para completar la carambola, el triunfo vital para estar la consiguió en Miribilla, Bilbao.

Y el Caja Laboral, el eterno Baskonia, el equipo copero de las últimas décadas, que se mueve en dudas existenciales, eliminado antes del Top 16, con Ivanovic cuestionado, con Lampe de vuelta tras siete meses de baja... Pero con un equipo para ir a la guerra siempre. Un vasco clásico, un vasco nuevo.