Leve pulso al mal tiempo

La afluencia de público al real fue bastante menor · La lluvia de las primeras horas y el comienzo del fin de semana dejaron las calles sin ambiente hasta entrada la tarde

Un grupo baila sevillanas en el albero del real, jaleado por el público de dentro y fuera de las casetas.
Diego J. Geniz

28 de abril 2012 - 01:00

El cronista aún guardaba el vértigo sufrido en la noria, esa atracción desde la que grabó en sus retinas unas magníficas vistas de la ciudad, cuando el día amanecía entre nubarrones grises. A las once de la mañana la lluvia era una realidad tan tangible que hizo cambiar sus planes sobre este viernes de Feria. Poco antes había caído otro chaparrón, aunque en forma de números. La última encuesta de la EPA (abreviatura a la que todos se han acostumbrado en estos tiempos) arrojaba 365.000 parados más en España, cifra que se conocía mientras los últimos feriantes regresaban a su casa en una noche donde los gaznates tuvieron pleno empleo. ¿Fiesta para olvidar el drama? Puede ser que sí y quizá por ello el mal tiempo no agüara del todo la jarana, aunque el bolsillo (única razón en estos días) aconseje otra cosa.

En esta recta final la agenda social empieza a soltar lastre protocolario. Se acaban las mermadas recepciones oficiales de este año, tan diferentes a las de otras ocasiones, que provocaban la atracción de grandes aficionados a la caza del canapé y la cerveza gratis. La crisis pone en peligro de extinción esta especie tan sevillana que aflora a la par que los farolillos en Los Remedios. Ajena a esta tendencia de dejar para los primeros días las citas políticas y empresariales en el real, IU convocó ayer una rueda de prensa delante de la caseta LaPCEra, que da la espalda a una avenida con nombre de Papa y linda con la caseta de los empresarios. Allí iba a hablar, entre otros, quien se postula como nuevo vicepresidente andaluz, Diego Valderas, político con corte en la muñeca por cuchillo jamonero, instrumento sin apenas uso en esta Feria. Sin embargo, a última hora el encuentro se suspendió, justo tras conocerse el informe de la EPA. ¿Cuestión de sensibilidad quizás?

En la caseta municipal, convertida en una gran sala de prensa, el concejal de Fiestas Mayores (y otras tres delegaciones más), Gregorio Serrano, informaba del primer balance de la Feria. A Serrano se le notaba en la voz que la Feria ha pasado ya su ecuador. Los números tienden a bajar. Rebajas en el consumo y en el paseo de caballos. Adiós a aquellos años del edulcorado millón de personas que transitaban por esta ciudad efímera. De aquellas glorias a estas postrimerías abrileñas de tortillas y pimientos fritos.

En la caseta de Manuel Gallardo, conocida como "la del corazón", obra el milagro. A más de un asistente al acto de entrega del galardón al alcalde sevillano se le caen dos lagrimones cuando ve el primer plato de jamón de esta semana. No sólo lo contempla, sino que hasta lo degusta reencontrándose con un sabor perdido bajo las lonas a rayas. Sus colores grana y marfil parecen a estas alturas una estampa que la escasez de estos tiempos fue tiñiendo en sepia. El cronista quiere pensar que aún no está subido en esa noria que lo acerca a las nubes y que aquello que entra por su boca es tan cierto como el sol que vence por ratos a las nubes. La segunda prueba de que el jamón existe y hasta es posible comerlo -gratis- en la Feria le llega en la caseta del Machacante, que cumple su LXXXV aniversario. Pero no hay dos sin tres y hubo una tercera convidá en Joselito El Gallo 190, donde también probó el exquisito manjar ibérico. Todo se remata con un trago de vaso largo y el cruce con unos ojos que regalan el brillo negado por el escaso sol.

En la calle el ambiente está desangelado y hay menos afluencia de público. La recta final se presenta triste como este viernes teñido de noviembre. Sólo un leve pulso al mal tiempo y varias lonchas de jamón pintan la alegría. Hay vida más allá de la fritura. Otra Feria es posible.

11 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último