La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La botella de cava barato, símbolo del triunfo
Los niños vuelven al colegio y cada debemos prepararles la mochila con el desayuno. Algunos colegios han optado por crear unos calendarios en los que lleven algo distinto cada día de la semana para que ellos no se aburran de tomar todos los días los mismos alimentos y, además, tengan una dieta variada.
Igualmente, muchos alimentos se repiten porque tienen un valor nutricional muy potente y son tan versátiles que se pueden presentar en distintas formas. Sin duda, esta es la leche que, desde tiempos antiguos, se ha considerado fundamental para el crecimiento y el desarrollo del niño.
Principalmente, cuenta con un alto contenido de calcio, un mineral indispensable para la formación y el fortalecimiento de los huesos y los dientes. Durante la niñez, el cuerpo está en constante crecimiento, por lo que necesita una cantidad adecuada de calcio para garantizar un desarrollo óseo óptimo. Además, contiene vitamina D, que ayuda al cuerpo a absorber mejor este mineral, reduciendo así el riesgo de enfermedades como el raquitismo o la osteoporosis en etapas posteriores de la vida.
Otro componente esencial es la proteína de alta calidad, que cumple una función vital en la formación de tejidos, músculos, enzimas y hormonas. Estas proteínas, principalmente la caseína y las proteínas del suero, contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para crecer y repararse. Por eso, incluir productos lácteos en la dieta infantil contribuye directamente a la construcción de una masa muscular saludable y al mantenimiento del sistema inmunológico.
Además, la leche aporta vitaminas del complejo B, como la B2 (riboflavina) y la B12, que son importantes para la producción de energía, el funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. También contiene fósforo, magnesio, potasio y zinc, minerales que participan en numerosas funciones del organismo, desde la contracción muscular hasta la regeneración celular y el fortalecimiento del sistema inmunitario.
El consumo regular tiene un impacto positivo en el rendimiento escolar y cognitivo. Algunos estudios han encontrado que presentan mejores niveles de concentración, memoria y energía, gracias al equilibrio de nutrientes que aporta este alimento. Por otra parte, es una excelente fuente de hidratación, especialmente para los niños que practican deportes o actividades físicas, ya que repone líquidos y electrolitos de manera natural.
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