"Es una forma de seguir sintiéndose unido al ser querido", explica esta psicóloga sobre mantener las tradiciones de Navidad
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A pocas horas de celebrar la tradicional cena de Nochebuena, la mayoría de personas afrontan un duelo por la pérdida de un ser querido que faltará a esa reunión. Para ello, hemos consultado la opinión de la psicóloga sanitaria Merche Barbancho Morant, responsable del grupo psicología de duelo y pérdida de la Delegación de Sevilla del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
Una de las cuestiones más comunes es preguntarnos el por qué la Navidadintensifican el dolor por la pérdida de un ser querido. Esto ocurre, principalmente, porque es una época que se asocia a los reencuentros, a la unión, a la diversión y otros momentos compartidos con familiares y amigos. "Cuando un ser querido fallece, su falta se hace muy patente: una silla vacía, una ausencia en una fotografía, una comida que ya no se prepara o que alguien no nos prepara", aclara la psicóloga.
De hecho, muchas veces hemos ideados algunos momentos que al final no se llegan a llevar a cabo. Por ejemplo, una visita a un lugar especial, unas navidades con un bebé que finalmente ha fallecido, tradiciones que esperábamos repetir o compartir. Esto produce una sensación de dolor muy fuerte que se intensifica en estos días del año. Además, las redes sociales y la sociedad en general ha conseguido que sea el momento en el que se repiten los mensajes y los momentos especiales de reencuentro. "La alegría y ambiente festivo que le rodea puede intensificar, sin querer, su dolor", expone.
Estrategias para afrontar las reuniones familiares cuando la ausencia es muy evidente
- Planificar qué o cómo te gustaría celebrar cada uno de los días de Navidad. Los días más señalados. Hacerlo con antelación ayuda a tener mayor sensación de control, en lugar de sentir que las emociones te desbordan. Estando abierto a cambiar dicho plan cuando lo desees o necesites. Por ejemplo: acudo a la comida con mis amigos/familia pero aviso de que, si en algún momento siento el deseo de irme, lo haré, para que respeten mi decisión.
- Hablar con la familia acerca de cómo queremos celebrar las fiestas y/o cómo queremos recordar y/o hacer presente a la persona fallecida. Es bueno hacerlo antes de los días señalados y que participe todo aquél que lo desee, incluidos los niños. Ellos a veces tienen sus propias ideas acerca de cómo recordar a esa persona. Recuerdo a una familia que decidió hacer el primer brindis con el vino que le gustaba a la madre (abuela) o un chico que quiso que hubiese una silla a su lado vacía y que representaba a su madre o los niños pueden querer hacer un dibujo y colgarlo en el árbol o algún lugar visible.
- Aunque haya niños/adolescentes delante, permitirse expresar las emociones en lugar de ocultarlas. Si no, estos pueden entender que es un tema tabú y tender a ocultar lo que sienten o sentir enfado por ese actuar como si no hubiera pasado nada. Si los niños ven a sus cuidadores o figuras de referencia que expresan su sentir, sin desbordarse claro está, ellos también podrán hacerlo. Así como permitirles expresar su alegría o ilusión, por ejemplo, por la llegada de los Reyes o Papa Noel. Necesitan permiso para poder disfrutar a pesar de la tristeza. Entender que dolor y amor, tristeza y alegría pueden estar entremezclados.
- Darse momentos de descanso/desconexión social si se necesita. Son días intensos, de emociones muy positivas a nivel global, cuando el interior de la persona es muy diferente. Pueden surgir muchos disparadores del duelo inesperados: una determinada canción, una prenda, un olor, un dulce…que de repente te conecta con la persona fallecida y aparece un pico de dolor inesperado. Anticipar que pueden surgir, permite sobrellevarlos algo mejor. A respirar hondo, a buscar una salida momentánea para poder recobrarse mejor…
- Pensar en qué personas te gustaría que te acompañasen según cómo te encuentres. Tener como una lista de personas seguras, con las que hablarías previamente de que las contactarías en caso de necesidad. Por ejemplo: a quién llamar si necesito llorar y hablar un rato de cómo me siento; a quién si solo quiero estar en silencio; a quién si necesito distraerme hablando de cosas banales; a quién si necesito dar un paseo por la naturaleza…
¿Cambiar las tradiciones o mantenerlas?
La Navidad es una época de tradiciónes. Cada familia cuenta con unos hechos concretos y unas recetas particulares. Cuando falta un familiar, muchas personas se plantean sustituirlas por otras nuevas que no tengan presente a los individuos que no estan, recordándolo a cada minuto. Esta es una decisión personal. Como ínidica la psicóloga: "Para algunos mantener las tradiciones, es una forma de seguir sintiéndose unido al ser querido, de honrar tradiciones que igual se iniciaron con esa persona".
"Mientras que, para otros puede ser muy doloroso por cómo resalta la ausencia, y necesitan introducir cambios para hacer el dolor más llevadero. E igual pasado un tiempo van volviendo a recuperar parte de esas tradiciones o las modifican creando unas nuevas que integran pasado y presente de una forma nueva", índica sobre las dos maneras de encajar las tradiciones.
Con el desarrollo de la tecnología es muy fácil conservar imagenes y audios de las personas que no están. Sin duda, es otro debate que se vuelve a abrir porque no todas las personas piensan igual. "Hay personas que, desde el mismo momento de la pérdida, ven fotos, videos, escuchan audios de sus seres queridos y eso les ayuda a sentirse más en conexión con ellos o con su propio sentir de ese momento. Mientras que otras pueden necesitar que pase tiempo antes de ser capaces de hacerlo, ya que sienten que, si lo hacen el dolor les desborda", expone.
"Si los tienen, es que los conserven", índica. Hay personas que igual han borrado cosas, tachado, tirado… y después se han arrepentido. Pero si los conservan, quizás más adelante deseen verlos o escucharlos. Hay quien guarda las cosas en un altillo o le pide a alguien de confianza que conserve el o los archivos… porque no los quiere tener ella, pero tiene la tranquilidad de que puede recuperarlo, si lo desea. Es importante respetar lo que cada uno desea y le ayuda, porque a veces podemos recomendar a alguien que haga algo porque a nosotros nos sirve, sin darnos cuenta de que igual al otro, no.
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