Cáncer y alimentación

Francia pone límite a los gramos de consumo de charcutería para no desarrollar cáncer

Francia pone límite a los gramos de consumo de charcutería para no desarrollar cáncer

Francia pone límite a los gramos de consumo de charcutería para no desarrollar cáncer

Los malos hábitos de alimentación juegan un papel ya demostrado en el desarrollo de enfermedades de todo tipo. Entre ellas, más allá de las cardiovasculares provocadas por la obesidad, también se ha hecho especial incidencia en el cáncer. Algunos alimentos y las vitaminas, minerales y otros nutrientes que los constituyen pueden elevar o reducir el riesgo de cáncer. Hay evidencias suficientes para considerar que la dieta está directamente implicada en la iniciación y desarrollo, o en los mecanismos de protección, de diversos tipos de tumores Por ello, apartar algunos alimentos de nuestros patrones dietéticos resulta de gran ayuda para reducir su potencial cancerígeno.  

Uno de los más advertidos son las carnes rojas y procesadas. Y así lo ha confirmado la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de los Alimentos de Francia (Anses), que aconseja consumir menos de 150 gramos de charcutería a la semana para limitar la exposición a los nitritos y a los nitratos, teniendo en cuenta la relación demostrada entre estos elementos y el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.

La carne procesada fue catalogada como cancerígena (categoría 1) en 2015 por el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC). Datos anteriores ya apuntaban que alrededor de un 25% de los cánceres de colon tiene que ver con la alimentación y concretamente con el consumo de carne roja y procesada.

NITRATOS Y NITRITOS, RESPONSABLES

Históricamente el sector de los embutidos utiliza componentes a base de nitritos y nitratos para prolongar la conservación de sus productos y prevenir el desarrollo de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades graves como el botulismo o la listeriosis.

Toda una amplia gama de embutidos, fiambres, salazones de pescado, carne de salmuera, lomo y jamones, tanto curados como dulces, contienen con frecuencia ciertas cantidades de nitrato y/o nitritos, sustancias químicas que se añaden como conservantes.

Según Anses, más de la mitad de los nitritos ingeridos por la población proceden del consumo de charcutería y dos tercios de los nitratos de otros productos vegetales, en particular hortalizas en las que se come la hoja, como la ensalada y la espinaca.

Las autoridades alertan de que consumir más de 150 gr de estos productos está altamente relacionado con el cáncer de colon, por lo que piden un uso de esos componentes químicos "tan bajo como sea razonablemente posible" y siempre "con la condición imperativa de tomar medidas para controlar el riesgo de contaminación" por esas otras bacterias por otros medios.

Las autoridades francesas aseguran que los productos de sustitución a base de «extractos vegetales» no constituyen ''una alternativa real porque (esos sustitutos) contienen naturalmente nitratos que, por efecto de las bacterias, se convierten en nitritos''.

¡Por ejemplo, que la fecha de caducidad del jamón cocido se anticipe para compensar la disminución de los nitritos. O, en el jamón curado, realizar un ''control estricto'' de la sal y de la temperatura en las diversas etapas de tratamiento y secado.

Ante el riesgo de que la disminución del uso de nitritos y nitratos pueda generar la aparición de salmonelosis o listeria, la agencia francesa recomienda reducir la fecha límite de consumo de los productos no procesados, y aumentar las medidas de bioprotección en las ganaderías y los mataderos.

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