Así fue el Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia por las calles de la Macarena

La imagen recorrió las calles de su feligresía como cada primer viernes de Cuaresma

Varias intenciones del Vía Crucis se aplicaron por la paz en Ucrania y las víctimas del terremoto de Turquía

Imágenes del Vía Crucis del Señor de la Sentencia

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Vía Crucis del Señor de la Sentencia. / Juan Carlos Muñoz

En el año 1654, en el corazón del siglo XVII, la primitiva hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, originaria de San Basilio, se trasladó a la Parroquia de San Gil, templo donde hubo de permanecer durante tres siglos. Para conseguir tal fin, en las nuevas Reglas aprobadas se debería incluir como condición la contemplación de “de la Injusta Sentencia de Muerte que dieron a Cristo Nuestro Redentor” , por lo que un nuevo titular pasaría a formar parte de esta cofradía, el Señor de la Sentencia, que ese mismo año de 1654 llegó a la corporación.

Acólitos del Señor de la Sentencia / Juan Carlos Muñoz

Desde entonces, el Señor de la Sentencia se ha mantenido intrínsecamente vinculado no solo a la cofradía, sino a la identidad irrevocable del barrio de la Macarena. A pesar de las modificaciones en el paso de misterio, la casi extinción de la hermandad en el XVIII, las diferentes ubicaciones en el propio paso con diferentes figuras secundarias... La imagen ha ocupado un lugar central en la configuración de todo un barrio por su impronta tan diferenciada, por la atractiva globalidad de su puesta en escena y por la sincera devoción que ha originado en torno a sus fieles.

El Señor de la Sentencia en Vía Crucis / Juan Carlos Muñoz

Como cada primer viernes de Cuaresma, la imagen del Señor de la Sentencia salió a las calles de su barrio en Vía Crucis piadoso, uno de los actos más multitudinarios de todos estos cuarenta días. Portaba la túnica regionalista de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, de 1910 (que tan deliciosamente bien le sienta, como es natural, cumpliendo con la iconografía) y varias de las estaciones se aplicaron por las víctimas del Terremoto de Turquía y Siria, así como por la paz en Ucrania. Ciudadanos de estos países leyeron algunos pasajes, en absoluta comunión con toda Sevilla. Porque en ese asidero definitivo que es Dios encontramos la razón final para nuestra esperanza, para nuestra paz, para nuestro porvenir. Silencio.

El Señor de la Sentencia vistió la túnica regionalista de Ojeda / Juan Carlos Muñoz

Otro de los atractivos de este Vía Crucis recala en la contemplación del Señor de la Sentencia por esas callejuelas que habitualmente no transita durante el Viernes Santo. Un año Monederos, Torrigiano, Esperanza; este, Antonio Susillo, célebre e incomprendido escultor cuyo nombre está sellado para siempre en la Macarena, o Sagunto, ese callejón entre San Gil y la gloria terrenal de Parras. En torno a las diez de la noche entró el Señor de la Sentencia de nuevo en la Basílica. Entre la soga serpenteante que le ata las manos también se anuda y apuntala lo que parece aún fantasioso y mágico: que la Cuaresma en Sevilla es una realidad, que ha llegado, y que es tan cierta como la vida misma que recuperamos en los ojos definitivos del Señor de la Sentencia.

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