Una cruz que une cultura, de Essauira a Sevilla

La cruz del Cristo de la Corona está hecha con cedro del Atlas, tuya y raíz de naranjo

Arte desde el corazón de Marruecos a la Cartuja

La imagen porta además las potencias más antiguas de la Semana Santa / Hermandad

Los hermanos Mohammed y Lahcen Lbyad son de Essauira (Marruecos) pero su vinculación con Sevilla que tiene mucho de unión y abrazo entre cultura y religiones. Son los artesanos que hicieron la cruz que abraza el Cristo de la Corona. "Un pequeño regalo para mostrar que todas las religiones pueden convivir", explicó Lahcen. La propia entrevista es una muestra de que con un poco de interés, todos nos entendemos. Los artesanos solo hablan árabe, hay un traductor de árabe a francés y una compañera traslada las palabras de este idioma al español. Diferentes formas de entender la espiritualidad y de caminar hacia la paz entre las culturas.

"Este fue un pequeño regalo por el hermanamiento entre las hermandades, la de Sevilla y la Kadiriya de Essauira, una orden espiritual sufi, que arraigó especialmente en el norte de África. El sufismo es una rama del islam que hace de la búsqueda de Dios el fin último de su existencia. La taracea que hacen estos artesanos tiene alma y traspasa el trabajo artesano. Precisamente, el encuentro que originó la donocaión de la cruz que ahora tiene el Cristo de la Corana se llamaba El Alma de las Culturas y fue promovido por la Fundación Tres Culturas. En él se unieron miembros de cofradías que pertenecen a las tres religiones monoteístas. Por parte de España participaron la Macarena, el Cristo de la Corona y la Soledad de Cantillana.

Uno de los impulsores del regalo de la cruz fue el alcalde de Essauira, Tarik Ottmani junto con los miembros del patronato de la Fundación Tres Culturas. Los hermaos Lbyad utilizaron varios tipos de madera en la cruz: cedro de Atlas, raiz de naranjo y las decoraciones hechas con metal. Tardaron un mes y medio en realizarla.

Estos artesanos son prácticamente de los pocos que quedan que trabajan la taracea. Son la tercera generación de artesanos de taracea. Ellos aprendieron de su padre. "Casi todos los ceniceros y objetos de taracea que se venden en Essauira salen de nuestro taller". Para Mohammed y Lahcen, participar en el encuentro de el Alma de las Culturas fue, en esencia, una oportunidad para acercar las religiones, una demostración de la importancia que tiene la paz que buscan todos los caminos espirituales y la cultura con el sentido más universal del término.

La cruz donada a la Corona / Aleexandro_98

Cómo llegó la cruz a Sevilla

El último día del encuentro El Alma de las Culturas y tras la celebración de la Eucaristía en la Parroquia de Ntra Sra. de la Asunción, se despertó interés por la Cruz de taracea que presidia el presbiterio del templo. El alcalde de Essaouira, Tarik Ottmani, informó muy amablemente acerca de esa artesanía", que es la principal técnica de la ciudad y por la que es especialmente conocía.

A partir de ahí se iniciaron las gestiones para que el Santísimo Cristo de la Corona pudiera llegar a tener una cruz de taracea, "ya que existía una intención previa por parte de algunos hermanos de este tipo de cruz". El alcalde marroquí ofreció todo tipo de facilidades e informaciones, desde las medidas de referencias y otras cuestiones. La cruz fue finalizada a primeros del mes de abril del pasado año, como "regalo de la ciudad de Essaouira" y en espíritu de fraternidad inspirado por la Encíclica del Papa Francisco Fratelli Tutti, que dice: “Y como María, la Madre de Jesús, queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de los templos, que sale de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación. La Iglesia tiene un papel público que no se agota en sus actividades de asistencia y educación sino que procura la promoción del hombre y la fraternidad universal”.

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