El Palquillo

Recorrido por las iglesias del Viernes Santo en Sevilla

El antiguo convento de la Paz es sede de la Mortaja

El antiguo convento de la Paz es sede de la Mortaja / Víctor Rodríguez

Languidece paulatinamente la Semana Santa pero aún nos restan momentos ineludibles con las cofradías del Viernes Santo, que abren las puertas de sus templos por la mañana, en ese espacio temporal en que todo resurge de sus cenizas y su propia revolución dimensional. En total son siete las cofradías que marchan a la Catedral en esta jornada, completa y rotunda en todos sus ejes y aristas. 

En el corazón del Arenal más profundo y viejo se desliza, imponente e infinito, el paso de misterio de la Carretería, que sale de la capilla homónima situada en la antigua calle Varflora.

Se trata de uno de los templos más pequeños de la ciudad, junto a otras capillas como la de San Andrés o la de Montesión. Fue construida a mediados del XVI en colaboración con el gremio de los toneleros, vinculados a esta hermandad desde sus inicios. Cuenta con una sola nave donde recibe culto el Cristo de la Salud. 

A escasos metros, recorriendo esa frontera entre el Arenal y el centro, nos encontramos con la inconfundible fachada de la iglesia del Convento de San Buenaventura (siglo XVII) que en su día perteneció al Convento de la Casa Grande de San Francisco. Posteriormente, sufrió numerosas remodelaciones hasta que fue expropiado. Los frailes franciscanos volvieron a él a finales del XIX. De su interior sale la Soledad, cuya Cruz de Guía de Caño Quebrado recupera y rememora los orígenes de la hermandad, confirmada de penitencia en 1847. 

El paso de la Carretería El paso de la Carretería

El paso de la Carretería / Juan Carlos Muñoz

Triana cierra su Semana Santa con dos cofradías cargadas de historia y significación, y se convierten en ejes vertebradores de todo el barrio y las generaciones de trianeros. Adosada a la primitiva ermita del XVII, donde recibían culto sus titulares, se levanta la Basílica del Cristo de la Expiración (1963).

Aquella ermita se convirtió en Capilla Sacramental para acoger a las dos hermandades fusionadas: la del Cristo de la Expiración y la Virgen del Patrocinio. En la misma calle Castilla, con su particular torre, se yergue la personalísima parroquia de la O, desde donde salen Jesús Nazareno y la dolorosa de la O. Tiene sus orígenes en una antigua ermita-hospital dedicada a Santa Brígida de Irlanda, regida por una Hermandad con esta misma advocación, según recogen documentos del siglo XV. 

Ya en el centro de la ciudad, en la Costanilla, desde la parroquia de San Isidoro procesiona la cofradía homónima, con su particular torre fachada, algo inusual en los templos sevillanos. La capilla de Montserrat, en la calle Cristo del Calvario, fue diseñada por Leonardo de Figueroa y construida a principios del XVIII.

En 1939 fue cedida a esta corporación de hondo arraigo decimonónico. Por último, con el sonido de las campanas del Muñidor en la atmósfera, marchamos hasta Bustos Tavera, sede de la inapreciable cofradía de La Mortaja. Allí está la iglesia del antiguo convento de la Paz, que fue de monjas agustinas y exclaustrado a mediados del siglo XIX. Fue corral de vecinos hasta que después de la guerra se trasladó la primitiva Piedad de Santa Marina. 

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