El parqué
El mercado se recupera
En un corralón cualquiera de la antigua calle Goles, que guarda aún ese otro tiempo de una ciudad que cada vez se reconoce menos, inmerso en el olor a resina y a metal, quedaron inmortalizados para siempre todos los nombres de los hermanos del Baratillo. La réplica de la diadema de la Piedad comienza a ser una realidad. Este pasado sábado, el hermano mayor del Baratillo, Luis Fernando Rodríguez, acompañado de otros miembros de junta, ha realizado el primer golpe de cincel de la que será la pieza con la que se corone la dolorosa de Fernández-Andes.
Un acto entrañable y cargado de simbolismo que ha tenido lugar en el taller de los Hermanos Delgado, que serán los encargados de ejecutar esta pieza. En concreto, se ha procedido a abultar el anverso de la pieza, que es el primero de los pasos antes de modular y cincelar la parte que ven nuestros ojos. En el argot del orfebre, se trata del "primer flete, una intención de moldear los volúmenes. Cuando los bultos están en su sitio, se gira la pieza, se pone al contrario y ya se cincela lo que ve el espectador", explicaban los maestros.
Para la confección de esta pieza se ha empleado oro de 22 kilates, cuyo coste ha sido aportado gracias a la aportación de hermandades, instituciones, devotos y vecinos de toda Sevilla, iniciativa impulsada por Joaquín Moeckel, también presente en esta cita. Dicho metal ha sido incrustado en una superficie de resina de pez rubia, piedra que se parte, se hace polvo y se funde en aceite.
Será el próximo 14 de septiembre cuando, en el Altar del Jubielo de la Catedral, se corone canónicamente la Virgen de la Piedad, para mayor honra y orgullo de todos los baratilleros de la historia.
También te puede interesar
Lo último
El parqué
El mercado se recupera
La ventana
Luis Carlos Peris
Noche rica en nostalgia
Tribuna Económica
El exceso de regulación asfixia a las pymes
No hay comentarios