Vuelven las obras a la Giralda: dos años para restaurar el cuerpo renacentista
El Cabildo Catedral trabaja para comenzar los trabajos en el remate del siglo XVI el 7 de enero
La asombrosa excelencia tecnológica de los almohades
Los andamios volverán a la Giralda el 7 de enero de 2026. El Cabildo de la Catedral ya trabaja para obtener la licencia de obras a lo largo del mes de diciembre y arrancar con la que sería la sexta fase de la rehabilitación integral del monumento Patrimonio Mundial. Serán en torno a dos años de trabajo, esta vez sin interrupciones, para restaurar el cuerpo renacentista que Hernán Ruiz realizó en el siglo XVI. Las obras llegarán hasta los mismos pies del Giraldillo, hasta la campana San Miguel de las Victorias que se encuentra en el llamado Cuerpo del Reloj y que, precisamente, ejerce de contrapeso a la popular veleta, siendo su vástago un elemento estructural de la escultura. La minuciosa intervención no cerrará la torre a los turistas, aunque las tareas de acopio y subida y bajada de materiales sí limitará el acceso temporal a uno de los lados del cuerpo de campanas, quedando siempre libres los otros tres.
Para completar la rehabilitación integral de la Giralda hay que actuar todavía en el cuerpo renacentista, las rampas y cámaras del interior y el Giraldillo. Los técnicos y especialistas contratados por el Cabildo se encuentran realizando en la actualidad todos los estudios pertinentes y redactando los proyectos para ello. La fase más inminente, que ya cuenta con el aval de Patrimonio, es la del cuerpo renacentista realizado por Hernán Ruiz II en el siglo XVI.
Esta actuación se va a realizar instalando un andamio convencional en el llamado cuerpo de campanas, máximo nivel al que pueden subir los visitantes. Esta estructura, según ha explicado a este periódico Eduardo Martínez Moya, el arquitecto de la Giralda, se situará por encima de las líneas de protección de personas: "De este modo, contaremos con una estructura en la que podrán trabajar los operarios y que quedará aislada de la parte baja con una serie de filtros para evitar, en la medida de lo posible, las molestias, que las habrá porque será una obra".
Gracias a esta tarima, se podrá trabajar en el interior de las cuatro caras del cuerpo de campanas, aunque una de ellas estará cerrada al público porque será necesario acopiar materiales y subirlos y bajarlos mediante una grúa. Los trabajos en su totalidad están calculados en 22 meses y no se harán por fases, como sucedió en las caras exteriores del alminar, al tener que desmontar y montar el andamio. Los operarios estarán una serie de meses trabajando en cada uno de los lados y se irán moviendo. La actuación integral también abarca las propias campanas, que serán desmontadas para sustituirle las estructuras de anclaje, como es el caso de las seis interiores.
La intervención también servirá para seguir estudiando el cuerpo o la caña almohade, que continúa por dentro de la construcción renacentista que acopló Hernán Ruiz. Precisamente, la construcción islámica sigue en la Azotea de las Azucenas y llega hasta la base del llamado Cuerpo del Reloj. A ambos espacios se accede por una escalera que se encuentra en mal estado y que será reparada. El Cuerpo del Reloj está coronado por el cupulín sobre el que se alza el Giraldillo. De él cuelga la campana llamada San Miguel de las Victorias, que será también tratada. El vástago del que cuelga la campana continúa hacia arriba, ya que sirve de contrapeso a la veleta. "El Giraldillo es lo que se ve y todo esto también. Aquí descansan los contrafuertes. A nivel mecánico está muy bien pensado y resuelto", subraya el arquitecto. Los problemas de estos cuerpos superiores son, principalmente, el desgaste por el paso del tiempo.
La recuperación del interior y el Giraldillo
Tras finalizar la intervención en el cuerpo de campanas, que abarcará los años 2026 y 2027, el Cabildo acometerá la recuperación del interior de la torre (rampas y cámaras) y el Giraldillo. Todo se está preparando ya para hacerlo sin solución de continuidad, aunque el orden de los trabajos está aún por definir.
En cuanto al interior, cuya restauración es compleja, el arquitecto ya contempla dos alternativas tanto para el suelo como para proteger las paredes, que tienen un revestimiento plástico oscuro y poco recomendado. La solería actual de ladrillos de barro a sardinel data de 1813, ya que los franceses dejaron el original de mortero de cal en una situación deplorable. En las obras que se realizaron desde finales de los 70 a mediados de los 80, Alfonso Jiménez y José María Cabeza decidieron darle la vuelta a la solería. Actualmente, presenta numerosas grietas y hundimientos, por lo que es necesario afrontar su cambio. "Tenemos las alternativas de los ladrillos o devolver el mortero de cal", indica Martínez Moya.
En cuanto a la veleta, tanto los técnicos como el Cabildo tienen la "mente abierta". Se están realizando una serie de estudios y para ello será importante también el andamio que se va a instalar ahora. En su momento se colocaron cámaras y sensores de diferentes tipos, para medir las vibraciones, por ejemplo, y obtener todos los datos técnicos. "Tenemos que estudiarlo todo bien y decidir con los informes. No es descabellado pensar que lo tengamos que bajar. Afortunadamente, tenemos una copia que es excelente. Podemos decir por lo que ya sabemos que tenemos una veleta con dificultades de movimiento. Necesita un viento a partir de 40 Km/h para girar. Con el Giraldillo no descartamos nada. Lo que se haga será por el bien patrimonial", concluye el arquitecto de la Giralda.
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