Hay futbolistas que caen de pie y otros a los que les cuesta un mundo ganarse el favor de la afición. El gol de Lamela en el minuto 93, porque el rebote en el poste se fue directo hacia él con toda la portería vacía para hacer gol así lo demuestra. El argentino ya ha anotado dos tantos en sus dos primeros encuentros con los sevillistas, en realidad dos medios tiempo, que son los que ha jugado.

Lamela | Los dioses lo han elegido pese a la desesperación de Julen

Lopetegui apeló al argentino para que éste le diera mucha más verticalidad al fútbol del Sevilla e hiciera daño por la derecha. Lo hizo en una buena jugada en la que le cedió el balón a Rafa Mir y tal vez debió ser más egoísta para entrar, después perdió dos balones con Lopetegui llevado por los demonios. Pero esto es así y el balón rechazado por el poste en el disparo de Rafa Mir se fue directo hacia él. Interior del pie derecho y gol por el medio. Los dioses, de momento, lo han elegido a él.

Rafa Mir | No es un ‘9’ tronco, eso sólo está en los clichés

Rafa Mir controla un balón delante de Mitrovic.

La mejor etapa de Rafa Mir tal vez estuviera en Las Palmas con Jiménez, aunque allí era muy joven y el gigante jugaba muy por detrás del punta la mayoría de las veces. Rafa Mir juega bien y, sobre todo, tiene una aceleración brutal con 190 centímetros de altura. Había hecho varias cosas interesantes cuando en una doble pared se presentó en solitario con un buen disparo al poste.

Rakitic | El físico ahora mismo le da para andar, pero lo ve bien

El suizo salió en la segunda mitad, quién sabe si tras haber superado el coronavirus o un problema físico, y se vio con prontitud que su estado no es el mejor. Jugó andando, casi no podía esprintar, pero tiene tanta calidad y clarividencia con la pelota que le basta y le sobra para manejarse con soltura. Suyas fueron las mejores acciones sevillistas en las cercanías del área del Getafe.

Óscar Rodríguez | La voluntad en el fútbol no basta

Segundo partido como titular en este arranque liguero, lo que indica que su trabajo debe haber convencido a Lopetegui durante el verano. Tiene toda la voluntad del mundo, lo intenta de todas las maneras posibles, pero su nivel de acierto está muy lejos de esos deseos. Un disparo a las nubes, faltas insustanciales, pases desacertados... Tiene fútbol, pero esto no espera a nadie.