El Instituto de Salud Carlos III coordina la encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Behavioural Insights sobre COVID-19 en España, con el objetivo de dar seguimiento al comportamiento y las actitudes de la población relacionadas con la COVID-19 en nuestro país. Los resultados de esta encuesta ayudan a hacer frente a la epidemia aportando información relevante a la hora de diseñar estrategias de salud y campañas de sensibilización. Y lo cierto es que su evolución a lo largo de estos meses dejan en evidencia la mayoría de sensaciones y actitudes de la población respecto a la pandemia. Una de las más importantes es, sin duda, cómo ha variado le percepción de vacunarse en la gente, toda vez que el escepticismo y las teorías de la conspiración parecen haberse difuminado y sólo el 7% de la población de España no quiere vacunarse contra la Covid.

Después de una ronda preliminar allá por el mes de mayo de 2020, la encuesta ha evolucionado hasta con siete nuevos muestreos entre la población. En el último de ellos, realizado en julio con 1000 personas mayores de edad y residentes en España, ante la pregunta de si se vacunarían en estos momentos, lo estén ya o no, el 93% afirmó que sí frente al 85% que lo hizo en la encuesta previa.

Ahora que está previsto que los niños entre 5 y 11 podrán vacunarse a partir de octubre también resulta interesante saber que el porcentaje de encuestados que responden que vacunarían seguro a sus hijos se sitúa ya en el 71%. 

Preocupación y situación de la pandemia

Y es que la sensación es que el virus se está propagando rápido (más de un 30% ha subido, hasta el 77%) pero no así la preocupación por el coronavirus, que sólo aumenta un 1% más entre los encuestados (hasta el 49%). Las nuevas cepas, la salud física y mental, las peleas familiares por el cumplimiento de las normas y la preocupación de la población de infectar a sus familiares centran en estos momentos los pensamientos en torno a la pandemia en la población. Ya no existe tanta sensación de que lo peor de la pandemia ya ha pasado, aunque preocupa menos que la gente vaya sin mascarilla.

Sólo el 27% de los participantes considera que la enfermedad sería grave o muy grave en caso de contagiarse

La percepción de gravedad de enfermedad sigue bajando y sólo el 27% de los participantes considera que la enfermedad sería grave o muy grave en caso de contagiarse y se exige a los dirigentes una mayor contundencia a la hora de hacer cumplir la normativa. Ya son menos lo que consideran que la gente está cumpliendo las reglas necesarias para poner el punto y final a la pandemia (el 53%) y muchos los que piden mayor control a la hora de disolver botellones y multar a los participantes (media de 4,5 sobre 5), unificar la normativa a nivel nacional (3,9), controlar el aforo de playas y parques (3,8), confinar las zonas más afectadas (3,7), limitar reuniones con no convivientes (3,7) y volver a cerrar el ocio nocturno (3,6).

La paciencia y la tolerancia de aquellos que han obrado correctamente durante todos estos meses empieza a ceder y la fatiga pandémica aumenta ligeramente en casi todas las afirmaciones de la encuesta de este estudio que se ha puesto en marcha en otros 31 países, en los que ya ha resultado ser útil para para identificar 'en tiempo real' las necesidades de información y preferencias de los ciudadanos, conocer el grado de aceptación y adherencia a las medidas implementadas o previstas, identificar las conductas de riesgo, el impacto de la desinformación y los factores psicológicos en el comportamiento preventivo.