Velá de Triana 2025: así es como llegó el juego de la cucaña a las fiestas de Santa Ana
El término cucaña hace referencia al idílico país de este nombre, en el que abunda la comida y no hay necesidad de trabajar
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El próximo lunes, 21 de julio, dará comienzo la famosa Velá de Santa Ana, también conocida como Velá de Triana, una festividad de gran popularidad en Sevilla que además es la primera feria de la que se tiene constancia en la ciudad. Durante seis días y seis noches la calle Betis del barrio trianero y sus alrededores se inundarán de fiesta, celebración, música, actuaciones en directo y mucha diversión para celebrar el día de Santa Ana.
Junto a todas las actividades que hay programadas para estos días tanto por el Ayuntamiento de Sevilla como por otras empresas, como el torneo de Pickelball, una de las citas más esperadas es el tradicional juego de la cucaña que estos días se celebrará sobre las aguas del Guadalquivir. Este pasatiempo tiene su origen en el sur de Italia en el siglo XVI y no sería hasta el XIX cuando se hace popular en España, en lugares como Sevilla, donde comenzaría a adquirir una gran popularidad durante las fiestas de Santa Ana.
En qué consiste la cucaña
La cucaña es un juego que consiste en tratar de caminar por un poste de madera vertical u horizontal que está engrasado, dificultando así la movilidad de quien está encima, en cuyo extremo hay algún premio que el participante debe intentar coger. Este palo puede tener una longitud de entre 5 y 15 metros y caminar por su superficie se convierte en una tarea casi imposible debido al producto deslizante con el que se embadurna, de ahí que la cucaña también sea conocida como palo ensebado.
En la actualidad lo que se coloca en el extremo de dicho poste suele ser una banderilla, la cual representa un premio que en el caso de la Velá de Triana es de carácter económico. Suelen colocarse diez banderillas al día en diferentes categorías. En otros lugares los premios siguen correspondiéndose con productos ibéricos y chacinas e incluso otros regalos como bicicletas.
El origen de la cucaña
El juego de la cucaña, que posiblemente servía como forma de entrenamiento en algunos lugares del mundo, se sitúa en los barrios populares de la ciudad de Nápoles (Italia) en el siglo XVI. De esta historia habla detalladamente el guía turístico e historiador del arte José Manuel Villalba en su portal Tu guía de Sevilla.
A este popular juego se le conocía como «cuccagna» y en él se trataba de simular el volcán Vesubio. En la zona que simulaba el cráter había multitud de precios como salami, pasta o queso que los vecinos trataban de coger subiendo por su superficie engrasada. De la simulación de un volcán el juego evolucionó a un palo ensebado al que se tenía que escalar.
Con el paso de los años este pasatiempo de gran dificultad llegaría a España, concretamente a lugares como Cataluña, Valencia o Mallorca, Canarias o Sevilla alrededor del siglo XVI, aunque no se haría popular hasta el XIX. Como explica Villalba en su web, este se acabaría trasladando, incluso, al Nuevo Mundo gracias a la conexión con el puerto de Sevilla.
La primera cucaña oficial de Sevilla se organiza en el año 1852, «con motivo del nacimiento de la tercera hija de los duques de Montpensier en el Palacio de San Telmo». Nueve meses más tarde esta se trasladaría a la zona del puente de Isabel II para celebrar el nacimiento de María Cristina de Orleans y Borbón. La cucaña se celebra oficialmente por primera vez en un barco colocado en el Guadalquivir, frente al palacio de los duques. Décadas después, en 1910, la cucaña entra a formar parte del programa de actos organizado con motivo de la Velá de Santa Ana.
Desde entonces y hasta la actualidad esta tradición ha adquirido gran popularidad, especialmente entre los hombres más jóvenes del barrio y aún hoy sigue siendo un juego eminentemente masculino, algo que poco a poco va cambiando con el paso del tiempo.
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