Mel y el legado de Merino
El madrileño dará continuidad al once del linense, aunque sí modificará la idea de juego en pos de mandar más en los partidos Los laterales y Xavi Torres o Reyes, principales dudas
Cuando Luis del Sol y Paco Chaparro se hicieron cargo en marzo de 2001 del equipo que Fernando Vázquez les entregaba en la tercera plaza -entonces puesto de ascenso directo-, un periodista les preguntó qué cambios harían en el equipo y éstos le respondieron que la dirección era buena y que apenas realizarían modificaciones. Aunque sí hubo cambios significativos en el debut con derrota de la dupla técnica en Almendralejo -el Betis acabaría ascendiendo-, a la larga todo se redujo a la presencia de Gastón Casas en ataque junto a Amato.
Del Sol y Chaparro heredaron un Betis bien armado pero que llevaba cinco jornadas sin ganar, mientras que el legado que Juan Merino deja a Pepe Mel es el de un equipo con cuatro victorias consecutivas.
Por lógica, el técnico madrileño dará continuidad al once inicial que ha venido utilizando el linense en los últimos partidos y cuyos únicos cambios, ante el Racing, fueron la entrada de Piccini y Reyes por los sancionados Molinero y Xavi Torres, quienes habían visto la quinta cartulina de la temporada una semana antes en Lugo. Mel, además, ya dio muestras en su anterior etapa de preferir que sean los propios futbolistas los que se quiten del equipo, en lugar de hacerlo él sin mediar motivo aparente. Así, seguramente que el domingo en el Santo Domingo de Alcorcón esbozará un once inicial muy similar al de los últimos partidos.
Incluso el sistema de juego no debería sufrir variaciones, toda vez que fue el técnico de Hortaleza, cuando asomó Beñat y se vio obligado a darle sitio a Salva Sevilla, quien adoptó ese 4-4-2 asimétrico con el virgitano partiendo desde la banda izquierda, dibujo que adoptó Julio Velázquez ya en sus estertores y que ha tenido continuidad con Merino. En este caso es otro centrocampista, Dani Ceballos, quien juega más cerca de la cal y está interpretando de forma soberbia ese rol.
En principio, como es lógico, lo que sí modificará Mel es la idea de juego. Siempre que ha podido y el equipo se ha encontrado bien físicamente, a Mel le ha gustado salir fuerte en los partidos, en plan mandón, con las líneas adelantadas y presionando la salida de balón del rival en su propio terreno. Merino, por contra, leía los partidos de manera diferente y mandaba a sus futbolistas a presionar de verdad cuando atisbaba dudas físicas en el adversario o técnicas en alguno de sus futbolistas menos dotados.
Otro de los aspectos en los que el entrenador madrileño ha insistido en las tres sesiones de trabajo habidas a la fecha es en disponer a sus futbolistas de modo que garanticen al equipo posesiones más largas de balón, otro de los principios básicos del estilo de juego de Mel.
Con todo, el entrenador bético alberga algunas dudas en la alineación, dos de ellas debido a los cambios que Merino se vio obligado a realizar debido a las sanciones de Molinero y Xavi Torres. Piccini y Reyes, sus sustitutos, completaron un buen partido frente al Racing e incluso tendrían cierta ventaja sobre los anteriores, sobre todo el chileno si ha llegado bien de forma tras los días de vacaciones en su país, ya que a veces estos viajes son acusados por los futbolistas.
La otra duda estaría en el lateral izquierdo, toda vez que Mel conoce a Casado, al que tuvo a sus órdenes en el Rayo Vallecano y al que quiere recuperar por si el mercado no le ofrece al Betis la posibilidad de realizar una nueva incorporación en esa demarcación, huérfana desde que se lesionara Álex Martínez.
Aun así, si no dispone ninguna doble sesión en los días que aún restan para el partido de Alcorcón, Mel dispondrá aún de cuatro entrenamientos, alguno de ellos a puerta cerrada, en los que perfilará el once con el que vuelva a debutar al frente del banquillo verdiblanco y en el que no variará nada en el ataque.
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