El gran gesto de Cabezuelo

El Fiscal

FFC se mostró dispuesto a retrasar su toma de posesión para ayudar a la concordia, pero la junta saliente ha declinado el ofrecimiento

La mirada de sorpresa: "¿Qué es esto?"

La hora de las grandes reformas

Fernando Fernández Cabezuelo. / Juan Carlos Vázquez
El Fiscal

07 de diciembre 2025 - 04:00

La portada de papel de este periódico en el día de ayer recogía uno de los titulares que deberían estar bordados en el oro de la concordia sobre el terciopelo de la vida interna de las hermandades. "Quiero que la junta de gobierno de Cabrero salga por la puerta grande", proclamaba Fernando Fernández Cabezuelo, hermano mayor electo de la Macarena, en una entrevista concedida al compañero Manuel Lamprea y con una espléndida fotografía de Juan Carlos Vázquez. Todos los programas electorales del mundo, los encuentros con posibles votantes, las acciones en medios de comunicación tradicionales y digitales, el seguimiento a los hermanos a pie de urna y hasta en las largas colas de espera, no servirían de absolutamente nada si no se tuviera claro que, en este caso particular, la gran clave de la cofradía es restañar los corazones, como dejó dicho José Antonio Fernández Cabrero el pasado agosto, en los días de sede vacante en el camarín. Cabezuelo es el más votado en la historia de la corporación, podía haber acelerado la toma de posesión para ser cuanto antes el hermano mayor en efectivo los días del esperado y glorioso besamanos. Pero estaba dispuesto a esperar para que Cabrero y sus oficiales de junta organizaran el culto más íntimo en el ejercicio de sus cargos, con la Esperanza recuperada, la Esperanza de siempre, la Esperanza de todos donde están depositadas las miradas de quienes ya habitan en un mundo libre de rencores, miserias, cicaterías y envidias. La junta de gobierno saliente ha declinado el que fue considerado en principio como un "gesto de apertura, unión entre hermanos y voluntad de entendimiento antes del inicio de mandato", tal como comunicó la cofradía por la vía oficial.

El gesto de Cabezuelo ha sido el de un gran hermano mayor cuando ni siquiera ha tomado posesión. Hacer hermandad, creer en la hermandad, diferenciar la hermandad de una entidad sin alma, es cuidar de todos, dejar que los responsables del daño sean vistos como los efectivos reparadores, sanen las heridas y pasen a la historia como hermanos que sufrieron los efectos de una bajada de guardia, pero ellos mismos, al final, nos dejan una Esperanza aún mejor. ¿Quién ganaba? La hermandad. Cabezuelo ha interpretado perfectamente lo que necesita la hermandad en diciembre de 2025, no él. Lo que urge en la vida interna, no en su junta de gobierno. Se llama altura de miras. ¡Tan inusual por desgracia! El debate verdadero no está en capataces y vestidores. ¡No banalicemos! La prioridad es la paz en el atrio, la normalidad de los días, no dejar un rescoldo en el fuego originado en junio por mucho que algunos se empeñen en emplear el soplete.

Mañana nos encontraremos de nuevo con la Esperanza gracias al espléndido trabajo de Pedro Manzano. Sus custodios han subsanado el daño provocado aquel 21 de junio en que las pantallas se fundieron en negro, nadie como ellos han tenido el afán de gestionar la mejor solución todo y para ellos quedan las tensiones. Estaban fuera de lugar las reacciones marcadas por la fiereza y los anhelos de guillotina. La junta de gobierno saliente no ha querido finalmente organizar el besamanos de la concordia. ¡Dios sabrá de las tensiones internas! El gesto de Cabezuelo diferencia, al menos, a una cofradía de un partido político y marca con el sello de la concordia el inicio de un nuevo período de gobierno. Ha sido toda una declaración de intenciones Las cofradías ya están suficientemente politizadas y futbolizadas. Salir fortalecidos de tamaña crisis solo está al alcance de los grandes. Y los macarenos tienen razones para ser más fuertes ahora. Dicen que Cabezuelo no ha tomado posesión. Cierto, pero pocos casos conocemos de empezar a ejercer con tacto sin haber jurado el cargo. El canónigo Manuel Benigno García Vázquez, un grande de la Iglesia de Sevilla del siglo XX, revelaba que su amigo Felipe González le contaba que a todo gobernante le interesa la paz y la estabilidad. FG reconocía que la Iglesia proporciona un orden en valores del que se beneficia la sociedad y, por tanto, todo mandatario. De FG a FFC. Cabezueo ha quedado como el gobernante de prioridades claras y mejores intenciones. Saldrá toda la hermandad por la puerta grande. Y eso genera... un orden en valores que beneficia a todos. Aunque el broche de la concordia exhibida se haya quedado, de momento, sin colocar. El mundo de las cofradías es de los seres humanos... Y necesita tiempo, más tiempo, además de gestos necesarios.

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