El Betis 2018-19 necesita pasar por el diván. Tras deleitar con su fútbol en el Camp Nou, ante el Villarreal volvió a las andadas para añadir la quinta derrota de la campaña. Como si el equipo verdiblanco hubiera prolongado durante una hora más la pausa liguera, el Betis sólo reaccionó cuando el marcador señalaba un 2-0 para un conjunto amarillo que aprovechó esa desidia generalizada para sumar su primer triunfo como local de esta Liga. Coincidiendo con las entradas de Tello y Lo Celso, el Betis tiró de orgullo para acercarse hacia la portería de Asenjo, casi un espectador más hasta esa recta final del duelo, en la que el argentino conseguiría un golazo para creer en un milagro que se quedó en maquillaje.

Esta vez no hubo partido en Milán para justificar ese descenso en el rendimiento como ocurriera en Getafe. Todos los equipos de la Liga llegaban con dos semanas de trabajo, pero el Betis se quedó durante muchos minutos en esa posesión estéril que ya lo ha condenado en más de una ocasión. Sin profundidad ni acierto en el último pase, el Betis controló la pelota, pero sin inquietar a un Villarreal que prefirió agruparse a la espera de cazar su momento, tras un inicio en el que ambos equipos presionaron muy arriba. Ese dominio verdiblanco apenas aportó trascendencia, como si al Betis sólo le interesase que pasaran los minutos para que los nervios hicieran mella en este necesitado Villarreal. Pero ni así. Fornals, tras un fallido despeje de Bartra, y Samu Chukwueze, tras una excelente asistencia de tacón de Manu Trigueros, ya empezaron a exigir a Pau López, que comenzó su recital de paradas ante la pasividad de su defensa visitante.

El Betis no espabiló. Los intentos de Joaquín o Canales por guiar el juego ofensivo se quedaban en nada. A Júnior le faltaba precisión en sus internadas, como también a Francis en sus voluntariosas arrancadas. De Guardado no existían noticias y únicamente William Carvalho parecía hallar soluciones, aunque quizá demasiado alejado de las zonas de peligro.

Al mismo ritmo cansino y casi sin pisar el área rival, aunque se protestase un manotazo de Funes Mori sobre Loren que no fue corregido por el VAR, se esperaba un cambio de guión o de piezas que alterase ese monótono desarrollo del juego, sobre todo cuando las señales de alarma incluso aumentaron tras el paso por la caseta.

Hasta este angustiado Villarreal vio la posibilidad de virar su dinámica, lo que lo invitó a dar un paso adelante para buscar ese gol que lo llevase a recuperar el ánimo. Ni Pau López pudo evitar ese 1-0 que se empezó a cocinar tras otra enorme parada suya, esta vez a un testarazo de Víctor Ruiz tras un saque de esquina botado por Cazorla. Con el mismo ejecutor, y justo en la acción siguiente, el meta verdiblanco ya no pudo responder al cabezazo de Gerard Moreno, que tuvo el espacio y el tiempo necesarios para llevar el balón junto al poste con un perfecto giro de cuello.

Con el Betis grogui, los de Calleja aumentaron la ventaja en apenas 70 segundos. Cazorla le birló a Júnior una pelota dentro del área para dejársela a Samu Chukwueze, que tampoco encontró oposición mientras se preparaba un tremendo disparo con la zurda que se coló en la portería de un desesperado Pau López.

Loren trata de definir ante Asenjo.

El Betis era un fantasma, con una imagen impropia de un conjunto que quisiera dar un salto en la clasificación para acercarse a la zona que marca su millonario presupuesto. A la desesperada, Setién sí recurrió a lo que tiene disponible en su banquillo, nada más y nada menos que Tello y Lo Celso a escena. El Betis ya empezó a hilvanar jugadas, a parecerse a su versión más fiable y así comenzó a poner en acción a Asenjo.

Primero fue Canales, tras una excelente acción que comenzaron William Carvalho y Lo Celso y que continuó el cántabro en asociación con Tello, pero que ya remató demasiado forzado; casi de inmediato, de nuevo Asenjo sería protagonista, esta vez al despejar un testarazo de Mandi que salió demasiado centrado. El Betis comenzaba a ofrecer la sensación de que con un gol podía meterse en el partido, aunque éste llegaría demasiado tarde.

Ya había afinado su zurda LoCelso en un primer intento que acabó en las manos de Asenjo, pero a la segunda el argentino, tras una buena acción de Sergio León, sí encontró la escuadra para colocar el 2-1 cuando todavía faltaban por disputar los cuatro minutos de prolongación. Pero no era el día del Betis, que no supo aprovechar la nerviosera del Villarreal para generar al menos una ocasión con la que acercarse al empate. Tras desperdiciar una hora de partido, los verdiblancos no pudieron completar sus deberes en la recta final.

Bien haría Setién, junto a su cuerpo técnico, en realizar una terapia de grupo para hallar soluciones a una irregularidad que lo sigue alejando de la zona europea. Esta vez no caben excusas y el Betis dejó pasar otra oportunidad de seguir añadiendo puntos a ese casillero que lo mantiene decimocuarto, muy atrás para ese mensaje exigente y ambicioso que se quiere trasladar desde la zona noble.