Derbi Betis - Sevilla

El duelo con la resaca más larga

  • Betis y Sevilla se cruzan en una cita a la que el parón por selecciones le otorgará una digestión muy pesada para quien no salga como vencedor

Rubi dialoga con sus jugadores en el entrenamiento de esta tarde.

Rubi dialoga con sus jugadores en el entrenamiento de esta tarde. / Juan Carlos Muñoz

Nuevo capítulo de la eterna rivalidad sevillana en el mundo fútbol. Betis y Sevilla están citados en el Benito Villamarín para que, a partir de las nueve de la noche, se dilucide el derbi oficial número 131 de los disputados por ambas escuadras.

Hasta aquí todo normal, la previa ha sido corta por la cita europea de los sevillistas en Luxemburgo, pero la gran diferencia estará en la resaca. No hay jornada la semana que viene por uno de esos parones por las fechas para las selecciones nacionales y está claro que esta vez no será un día después, sino dos semanas después antes de que el Betis reciba de nuevo al Valencia en su feudo el sábado 23 de noviembre y el Sevilla viaje el domingo 24 a Valladolid.

Alienaciones probables. Alienaciones probables.

Alienaciones probables.

Esto le confiere a este derbi una pesada carga simbólica. En este tipo de encuentros, como en todos lógicamente, siempre existe un ganador y un perdedor y tanto para uno como para otro, sobre todo para el que caiga y tenga que aguantar el chaparrón, serán demasiados días de resaca negativa.

Está claro que en esta vida se sale de todo, que ha habido derbis en los que el derrotado supo levantar el vuelo con prontitud, pero serán sin duda días duros para quien no consiga abandonar el estadio heliopolitano con la sonrisa de oreja a oreja.

Son cuestiones que llaman la atención en estas horas previas al gran duelo y que, sin embargo, tienen mucho más que ver con el pospartido que con el preámbulo de los hechos. Porque en este sentido se ha vivido una semana de lo más tranquila en esta bendita ciudad llamada Sevilla.

El hecho de que los blancos tuvieran un cita intersemanal, algo que ya se viene haciendo habitual en la mayoría de los derbis de la contemporaneidad, condujo a unos días de lo más sosegados.

Cuesta trabajo hallar algún mal gesto, alguna mala palabra entre ambos en las vísperas

Cuesta muchísimo trabajo hallar alguna mala palabra entre los protagonistas, algún mal gesto o algo que haya podido calentar las vísperas. Nada en este sentido y, lógicamente, hay que festejar que así sea, que todos hayan sabido comportarse con la caballerosidad que le exige Sevilla a los suyos en este tipo de citas.

Que hasta surgió por iniciativa propia algún tuit por las redes sociales con una especie de decálogo de lo que es la rivalidad sevillana en el fútbol para aquellos de fuera que no saben entender que aquí todo se vive con tanta pasión como naturalidad en este tipo de citas balompédicas.

Por supuesta que siempre hay quienes se salen del carril, faltaría más en una sociedad como la actual, pero todo se produce con tranquilidad y sin ningún mal rollo perenne.

Vaclik (d) se retira del entrenamiento tras torcerse un tobillo. Vaclik (d)  se retira del entrenamiento tras torcerse un tobillo.

Vaclik (d) se retira del entrenamiento tras torcerse un tobillo. / José Ángel García

El ejemplo más claro tal vez estuviera en aquellos dos hermanos gemelos que sacó Víctor Navarro en un reportaje publicado en Diario de Sevilla en el último derbi que se disputó en el Benito Villamarín. La historia de Daniel y Luis Cabrera es que la que mejor puede ilustrar lo que es la rivalidad entre un bético y un sevillista.

Ambos nacieron el 3 de abril de 1994, fueron gestados en el mismo vientre y los dos tomaron caminos completamente diferentes en lo referente a la pasión por unos colores de los dos clubes sevillanos. ¿Influencias familiares? Por supuesto que sí, no puede ser de otra manera, pero esto indica fielmente que la dualidad en Sevilla siempre existe a la hora de repartir las afinidades futboleras.

Cierre del paréntesis habitual en estos casos dedicado a quienes más sufren o gozan con esta pasión y se pasa sin solución de continuidad a los protagonistas más directos. Para empezar, lo primero que llama la atención es el estreno de dos entrenadores en los banquillos de ambas escuadras. Rubi se hizo cargo del Betis para sustituir a Quique Setién mientras que Julen Lopetegui fue el elegido por Monchi para arrancar en la nueva etapa con el isleño al frente otra vez de la dirección deportiva nervionense.

Rubi y Lopetegui llegan en una situación muy diferente, pero este partido puede marcarlos

Es evidente que ambos llegan en una situación bastante diferente, aunque en esto del fútbol nunca se sabe cómo puede virar el viento para ir de un lado a otro. Rubi ha sido muy cuestionado por los malos resultados de los suyos, incluso muchos pesos pesados del entorno bético pidieron su destitución fulminante después de caer en San Sebastián y Granada, pero el técnico catalán siguió en el cargo y llega a este derbi reforzado públicamente incluso por las declaraciones de sus futbolistas, entre ellos Joaquín. El papel de los suyos en Madrid contra el Real fue un soplo de esperanza en lo referente al juego.

En la parcela contraria, Lopetegui ha espantado a muchos de los críticos que no estaban de acuerdo con la llegada del entrenador vasco tras su forma de salir de la selección con dirección al Real Madrid. El Sevilla está convenciendo con su propuesta futbolística, aunque a la hora de los números tampoco son muy distintos hasta ahora a los ofrecidos con Machín y Berizzo en el arranque de las temporadas. Es verdad que se ha medido ya con casi todos los grandes de la Liga en este primer tercio del campeonato y las sensaciones no han sido malas en la mayoría de los encuentros.

Ambos, de cualquier manera, tendrán un examen importante esta noche en el Benito Villamarín y siempre se acude al tópico de qué equipo es el favorito en las apuestas previas. La clasificación indica que el Sevilla tiene ocho puntos más a estas alturas y esto conduce a pensar que ha hecho las cosas mucho mejor que el rival en el arranque del curso. El juego de los blancos, además, ha sido mucho más sólido que el protagonizado por los verdiblancos.

Pero existe un componente que igualará bastante las cosas y son las 50.000 gargantas que apoyarán al Betis en la noche electoral de hoy. Ése es el factor a explotar por los anfitriones por mucho que cuando el balón eche a rodar serán las piernas de los 22 protagonistas directos y los juicios tanto de Hernández Hernández como del encargado del VAR quienes tendrán más que decir para dilucidar el resultado final.

¿Y las alineaciones? En el Betis la incógnita está tal vez en saber si Rubi va a seguir con los tres centrales más Bartra, como en el Bernabéu. Todo indica que sí para que Fekir y los hombres más decisivos arriba sean los encargados de tratar de decidir con su calidad individual. En el Sevilla, Lopetegui reservó a casi todos los titulares en Luxemburgo y en ese aspecto no habrá ventaja para ninguno. Debe jugar Banega, Vaclík se hizo daño en el último entrenamiento y por lo demás sólo resta ver cómo baraja las piezas en el centro del campo y la delantera entre quienes no tienen una plaza fija.

Todo listo, pues, para que en pleno recuento electoral, la Sevilla futbolera esté mucho más pendiente de otro resultado, del que deparará su derbi 131, una cita que tendrá una resaca muy larga para quien no salga del choque con el emoticono de la sonrisa instalado en sus rostros.

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