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Qué es el burnout y cómo afecta a la salud bucodental, según los dentistas

La tensión se refleja durante el sueño que es cuando estamos más descansados y los pacientes rechinan los dientes sin darse cuenta

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Persona con estrés / Pexels

Uno de los conceptos más recientes es el burnout que significa, nada más y nada menos, que sobrecarga laboral. Es cierto que vivimos muchos momentos de estrés hasta que es una causa crónica. Una de las consecuencias más claras se reflejan en la salud bbucodental y muchos dentistas coinciden en ello. “Cuando el estrés asociado al trabajo se vuelve crónico, aparecen señales muy claras que los dentistas identificamos con frecuencia: apretamiento nocturno (bruxismo), desgaste y sensibilidad dental, menor flujo salival y aftas que reaparecen en periodos de alta exigencia profesional”, explica la doctora Laura Pérez, odontóloga y directora médica de la clínica dental Pérez Saavedra.

En lo que respecta a la boca, el cuadro clásico del burnout se origina durante el sueño, que es cuando más descansados estamos y en un estado de inactividad: fruto de la tensión diaria, el paciente aprieta o rechina los dientes sin saberlo. En consecuencia, el esmalte se desgasta, los bordes se aplanan y los dientes se van haciendo ligeramente más cortos. Los desgastes provocan sensibilidad al frío y llegan a aparecer microfisuras que, con el tiempo, pueden convertirse en fracturas.

Tras horas de tensión muscular, también es habitual notar la mandíbula cargada al despertar. “Muchas personas lo atribuyen a una mala postura al dormir, pero en la mayoría de los casos se trata de una sobrecarga mandibular por apretamiento nocturno”, aclara la doctora Pérez.

Un patrón común entre quienes padecen agotamiento laboral es el sueño de mala calidad, el consumo elevado de cafeína y el uso de fármacos para dormir o controlar la ansiedad. Esta combinación reduce la producción de saliva y deja la boca más expuesta: mal aliento, sensación de sequedad y llagas recurrentes que aparecen en periodos de máxima presión profesional.

Si se nota alguna de estas molestias, es conveniente pedir una revisión con el odontólogo. “La valoración definitiva incluye una exploración funcional (con apertura y movimientos de la mandíbula, análisis de puntos dolorosos…) y pruebas radiológicas para medir el desgaste dental y evaluar la articulación mandibular”, desvela la doctora Laura Pérez.

Qué estrategia se puede llevar a cabo por parte de los odontólogos

La especialista subraya que el burnout requiere una estrategia en varios frentes:

“La férula de descarga protege, los hábitos sostienen y la reducción del estrés evita recaídas. Si solo protegemos los dientes pero no bajamos el nivel de exigencia, el problema vuelve a aparecer”, resume la doctora Pérez. Cuando se actúa a tiempo, los beneficios van mucho más allá de la boca: disminuye el dolor, mejora el descanso y se frena el desgaste dental. Igualmente, estos resultados también se notan en la mente: la persona recupera la concentración, rinde mejor y vuelve a tener el control. “Esa es la clave: no solo proteger la sonrisa, sino atender lo que hay detrás del síntoma. Porque cuando no escuchamos al cuerpo, la boca puede ser la primera en dar la señal de alarma”, concluye la doctora Pérez.

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