Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Se estima que al menos el 20% de la población adulta y la mitad de los mayores de 50 años sufren el llamado síndrome de piernas cansadas. La pesadez, la aparición de edemas o el hormigueo son algunos de los síntomas propios de esta condición, que deriva de una circulación venosa deficiente, según indican desde la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC).
La contracción de los músculos de las piernas permite que la sangre circule en contra de su gravedad y, además, las venas disponen de válvulas que se abren para permitir el paso de la sangre y se cierran para impedir su retroceso. Cuando este sistema falla, el retorno de la sangre al corazón es insuficiente, lo que hace que la sangre se acumule en las venas, se filtren líquidos a los tejidos y aumente la presión en su interior.
Además, el calor se erige como uno de los factores que aumenta la sensación de pesadez en las piernas, de ahí que aumente la incidencia de este síndrome en verano. No obstante, las piernas cansadas podrían ser un indicador de un problema mayor en tu sistema cardiovascular.
Aunque puede afectar a ambas piernas, la trombosis venosa profunda (TVP) afecta generalmente a una sola. "Si esta pierna está claramente hinchada, roja y si encima tiene dolor, puede ser un caso de trombosis venosa profunda", advierte el cardiólogo Carlos Yebra en una de sus publicaciones en Instagram (@medicinaconcabeza, con más de 50.000 seguidores). Pero ¿en qué consiste esta afección?
"Se trata de una situación en la que la circulación venosa profunda genera un coágulo (trombo) en las venas, sobre todo en las de las piernas por la gravedad", puntualiza el facultativo. Cuanto este trombo obstaculiza el flujo sanguíneo, se dificulta la llegada de oxígeno, nutrientes o riego a los tejidos o a determinados órganos. "Esta condición puede ser muy grave, ya que ese coágulo puede migrar a los pulmones y provocar un tromboembolismo pulmonar", agrega este cardiólogo.
Los factores que aumentan la predisposición de sufrir una trombosis venosa profunda son prácticamente idénticos a los que influyen en el síndrome de piernas cansadas: "estar sentado durante mucho tiempo, la obesidad o las cirugías recientes". A estos se pueden añadir otros como los cambios hormonales o los antecedentes personales y familiares.
Pero este experto refiere el síntoma definitivo que debería encender la alerta: "Existe una triada que es muy típica: la hinchazón, el dolor y el enrojecimiento de la pantorilla". Los trombos aparecen más frecuentemente en la parte inferior de la pierna, o bien en el muslo.
En lo que respecta a la confirmación del diagnóstico, "se debe hacer una ecografía Doppler, en la que vamos a ver las venas, que no colapsan y no tienen buen flujo de sangre", indica el cardiólogo. El tratamiento de la trombosis venosa profunda se enfoca a detener su evolución y evitar complicaciones más graves. Para ello se prescribe la administración de anticoagulantes orales o intravenosos por un tiempo no inferior a 3 meses.
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