La seguridad en la Semana Santa de Sevilla

Mano dura para recuperar el pulso perdido

  • El Cecop surge a raíz de los sucesos de la Madrugada de 2000.

  • La de 2018 fue la Semana Santa más vigilada de la historia.

  • El Ayuntamiento mantiene el dispositivo y lo amplía a la zona de Triana en la Madrugada.

Policías nacionales el año pasado en el Postigo durante el discurrir del Cerro del Águila.

Policías nacionales el año pasado en el Postigo durante el discurrir del Cerro del Águila. / Antonio Pizarro

La Semana Santa se ha convertido en un enfermo que hay que recuperar. La fiesta religiosa, que se pensaba invulnerable, ha sido atacada hasta en cinco ocasiones desde el año 2000. Las consecuencias de las carreritas de ese año hicieron saltar todas las costuras. El Ayuntamiento creó el Centro de Coordinación Operativa (Cecop), que ha trabajado en la seguridad de la Semana Santa, aunque con unos años de letargo. Tras los sucesos de 2017, el alcalde, Juan Espadas, redobló todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de las procesiones y el público. Este año, el blindaje se extenderá al barrio de Triana durante la Madrugada y se continuará con la ley seca.

Son muchos los que han alzados la voz sobre los aforamientos y vallados de calles que se están acometiendo desde hace un par de años con mayor intensidad. Reclaman la proximidad del público hacia las cofradías como esencia de la piedad popular y de la Semana Santa, pero han sido muchas las hermandades que han reclamado estas actuaciones al Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno a cuenta de los incidentes y problemas de los últimos años. El Ayuntamiento asegura sin tapujos que es necesario reeducar a un público que ya no sale a ver las cofradías como hace algunas décadas.

Cámara instalada en la Plaza de San Francisco. Cámara instalada en la Plaza de San Francisco.

Cámara instalada en la Plaza de San Francisco. / D. S.

La del año pasado fue la Semana Santa más vigilada de la historia, una suerte de gran hermano que ha llevado al Ayuntamiento a ser premiado en varios foros importantes. La Semana Santa se convirtió en un gran laboratorio en el que se implantaron innovadoras cámaras de grabación, dispositivos de calor que permitieron saber el número de personas que discurría por cada calle y cuáles eran los principales movimientos; luces que evocaban la luz tenue de la Sevilla del siglo XVIII, pero que en apenas un segundo podrían iluminar con la mayor potencia una calle, una megafonía que, en caso de necesidad, podría emitir mensajes tranquilizadores a la masa, dispositivos GPS, encargados de seguridad en las hermandades o planes de autoprotección. El Ayuntamiento incluso compró unas vallas de plástico, que denominó antipánico, para situarlas en las zonas más sensibles. Todas estas medidas de seguridad contrastan con la naturalidad con la que se vivía la Semana Santa hace 30 años.

Aforamiento del año 2016 en la Cuesta del Rosario. Aforamiento del año 2016 en la Cuesta del Rosario.

Aforamiento del año 2016 en la Cuesta del Rosario. / D. S.

El Consejo de Cofradías, muy consciente de que los tiempos han cambiado, no sólo por una latente amenaza terrorista, la alerta lleva mucho tiempo instalado en el nivel 4 de 5, ha respaldo sin tapujos todas estas medidas que buscan garantizar la seguridad de las hermandades, sus cortejos y el público. El Ayuntamiento asegura que los aforamientos, que permiten entre otras cuestiones que una persona infartada pueda ser evacuada en cuestión de minutos, han ido adaptándose en función de las necesidades, lográndose ya el equilibrio entre la seguridad y la cercanía de los fieles a sus imágenes. El Cecop también ha puesto en marcha, como se vio en la procesión extraordinaria de la Esperanza de Triana, un sistema para evacuar a los denominados cangrejeros que se agolpan ante los pasos. También se ha realizado un importante trabajo en las redes sociales para evitar que se difundan bulos en caso de cualquier eventualidad.

El dispositivo funciona con éxito. El Consejo y las hermandades están prestando toda su colaboración para que siga siendo así.

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