¿Cómo conservar las bolsas de incienso en verano?
CONSEJOS
El calor y la humedad son los principales enemigos de esta resina utilizada por los cofrades
"El incienso tiene dos enemigos principales: la humedad y el calor", explica Antonio Juviñá, gerente de la marca Inciensos de Sevilla. El exceso de humedad podría hacer que el incienso apagase el carbón, y el calor puede provocar que la resina se derritiese y se compactase, formado una piedra.
Habría que recordar que el incienso es un componente natural que se extrae mayoritariamente del árbol de la Boswellia sacra, en los países de Somalia, Etiopía, Yemen y Omán. "El incienso puro no se estropea ni caduca", pero los elementos que en ocasiones los acompañan, entre ellos la canela, sí pueden perder algunas de sus propiedades.
Con la llegada del verano nos preguntamos qué hacer con esas bolsas de incienso que no agotamos durante la cuaresma y la Semana Santa. Es recomendable buscar un lugar fresco, lejos de la exposición solar o de lugares calurosos. "Si es un paquete pequeño y hermético podemos guardarlo en el frigorífico", afirma Juviñá. Si la bolsita dispone de sellado evitaremos contaminar de olores otros productos de la nevera y viceversa.
Pero, ¿Qué hacemos si nuestro incienso ya ha sido expuesto a altas temperaturas y se ha compactado? "Cuando se ha hecho una pelota, nada, se machaca con un martillo mismo, o en la bolsa que nosotros usamos, que se aprieta con la mano y vuelve a estar perfecto".
En resumen, si queremos conservar nuestro incienso en perfectas condiciones podemos aplicar los siguientes consejos:
- Evitar las altas temperaturas.
- Guardar en un lugar fresco.
- Evitar contacto con el sol o fuentes de calor.
- Evitar lugares muy húmedos.
- Si se guarda en el frigorífico debe ser en una bolsa sellada e impermeable.
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