El Patio de los Naranjos del Salvador
La Fototeca de Martín Cartaya
De patio de una mezquita aljama a depósito de cruces penitenciales y polleros metálicos para dar volumen a los mantos de las dolorosas
De sahn o patio de una mezquita aljama en la Isbiliya del siglo X a depósito de cruces penitenciales y polleros metálicos para dar volumen a los mantos de las dolorosas. De Abderramán II a Fernando III El Santo. De Umar Ibn Adabbas a Leonardo de Figueroa. Del incendio de los vikingos al derribo de la antigua fábrica colegial en 1671. De la prédica del jatib a los sermones de los padres Cué o Benítez Carrasco. De la llamada a la oración por el almuédano al repique de las campanas en las grandes festividades. Del imán al ocurrente y eterno coadjutor Francisco Romero de la Quintana "Don Francisquito" o al padre Polo. De las abluciones o limpieza ritual del fiel musulmán a la no menos limpieza ritual de la plata de un pasopalio en las tardes azules de marzo y las noches tibias de la cuaresma, entre el rumor del agua de la fuente y el murmullo lejano de la vida que pasa por la calle de Alcuceros entre escaparates de zapatos y olor a incienso. De capiteles y columnas de acarreo rebajados en altura por el inexorable paso del tiempo y las arriadas de un río mucho más cercano al cubo con la cal de Morón para tener a punto la casa cuando lleguen los días grandes de la ciudad.
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