La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez entra en los templos cuando quiere
Música
Con motivo del primer centenario de las Coplas a la Santísima Virgen de la Soledad, obra de Gerónimo Oliveras Piscol (1877-1937), la Hermandad Sacramental de la Soledad de San Lorenzo ha organizado un concierto en la Parroquia de San Lorenzo. Las coplas, estrenadas en marzo de 1925, serán interpretadas por el Coro Manuel de Falla y la Orquesta Bética de Cámara. Dicho concierto se celebrará el próximo sábado 20 de septiembre, con acceso libre, a partir de las 21:00 de la noche.
Intervendrán dos entidades musicales. Por parte del Coro Manuel de Falla comparecerán la soprano María de los Ángeles Ocaña Calvillo, el tenor René Navarro Baldivieso y el bajo Rafael Moyano Franco, con la dirección de Francisco José Cintado. La Orquesta Bética de Cámara actuará con el organista Miguel Ángel García Fernández.
El coro Manuel de Falla se fundó en 1985. Su fundador, Ricardo Rodríguez, quiso hacer con el coro, un trabajo científico de interpretación de la música coral culta de todas las épocas de la historia, centrándose en la polifonía del Renacimiento y Barroco español, así como obras corales de la Escuela Andaluza más reciente. Su método de trabajo, su calidad y estilo, lo convierten en único.
La Orquesta fue fundada en 1924 por Manuel de Falla, que puso al frente de la Orquesta al músico Ernesto Halffter, que con 20 años estrenó las Coplas a la Virgen de la Soledad. Fue el único discípulo directo que tuvo Falla. La orquesta consiguió un renombre nacional, siendo el referente de la música en Sevilla. Actualmente está formada por un grupo de los mejores profesores instrumentistas, la mayor parte sevillanos.
Las primeras coplas que se escriben a la Soledad de San Lorenzo deben su firma a Buenaventura Íñiguez, quien adaptó unos versos del poeta Lamarque de Novoa, fechadas en marzo de 1887. Ya en la segunda década del siglo XX, en el año 1925, se estrenan las Coplas a la Stma. Virgen de la Soledad, sobre los mismos versos de Lamarque, si bien con algún ligero arreglo del hipérbaton original del primer verso, algún que otro retoque en la letra del coro y con una estrofa menos. La música es del doctor Jerónimo Oliveras, entonces diputado mayor de la Hermandad. La partitura está escrita en un cuadernillo de tres pliegos de papel pautado apaisados con portada y once páginas de música. Aunque no hay firma es probable que también esta partitura sea autógrafa. Están escritas estas coplas para solistas, coro a dos voces graves, armónium, y un conjunto instrumental de violines primeros y segundos, flauta y contrabajo, y constan de ritornello a coro y dos estrofas a solo de tenor y bajo respectivamente. Parece que el motivo último de la composición de unas nuevas coplas es precisamente tener unas en las que haya concurso de voces e instrumentos, para mayor magnificencia de los cultos. La pretensión de sustituir a las antiguas se cumplió plenamente sin duda, ya que estas son las coplas que se ejecutan siempre en los cultos.
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