Con Banega liberado, el fútbol se desparrama

SEVILLA-spartak de moscú · informe técnico

Un mejor ajuste de Pizarro y N'Zonzi da más fluidez.

N'Zonzi, que ayer presionó mucho y bien, hostiga a Fernando.
N'Zonzi, que ayer presionó mucho y bien, hostiga a Fernando. / Fotos: Antonio Pizarro
Juan Antonio Solís

02 de noviembre 2017 - 02:33

Si Guido Pizarro y N'Zonzi pretenden desempeñar un papel similar en el campo, al final falta una pieza en la medular que, en el escalonamiento, se acerque más a las piezas ofensivas. Poco a poco la pareja se va ajustando, va aclarando sus roles, y ayer todo sonó mucho más fino en la sala de máquinas.

Con Banega liberado, el fútbol se desparrama
Con Banega liberado, el fútbol se desparrama

El cuarto de hora final fue otra historia. Y bien temblorosa.

Defensa

El mejor defensa de Berizzo son sus largas posesiones de balón. El Sevilla cuenta con muchos jugadores duchos en el pase y que además se esmeran en asegurarlo -algo que, no obstante, ralentiza sus ataques-. Ante un equipo con el mortífero contragolpe que posee el Spartak, los sevillistas pusieron especial celo en no cometer errores en las entregas. De hecho, un par de ellas en cesiones atrás, una de Banega y otra de Mercado, animaron a los rusos a dar un paso adelante cuando Lenglet ya había marcado. Ahí se abrió la primera duda sevillista tras la autoritaria salida.

La hierba alta provocó una lenta circulación del balón, lo que ayudó a los anfitriones a sujetar esas pretendidas salidas rápidas del Spartak.

Las curvas llegaron al final, cuando Massimo Carrera tiró del mediapunta Popov para el pase entre líneas y de Ze Luis para aportar remate. Fraguaron el gol junto a Glushakov y estallaron los nervios en el Sevilla, al que Navas y Krohn-Dehli no dieron oxígeno desde el banquillo.

Ataque

Pizarro se ancló más que N'Zonzi, quien dio un paso adelante para ayudar en la eficaz presión. Todo redundó en un Banega más liberado, que, en espera de que adquiera más chispa para ocupar más terreno -como en su época con Emery-, sacó su repertorio para dar fluidez al juego colectivo. Robar la pelota arriba, como ayer hizo el Sevilla, también impulsa a Banega.

Sarabia y Nolito, abiertos a pierna cambiada, también construyeron mucho fútbol. El balón iba y venía por la corona del área y la sensación de peligro era constante en esa fase de ataques estáticos. Luego, a la contra, faltó velocidad, pero la seguridad en los pases hizo cristalizar una con la magia... de Banega.

Virtudes

Va fraguando.

Talón de aquiles

Su capacidad intimidatoria en el área rival no está a la altura de lo que genera.

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