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El Sevilla, ante su objetivo: Nervión tiene la llave de la Champions

Aspecto del Ramón Sánchez-Pizjuán, bajo los nubarrones, poco antes del comienzo d eun partido.

Aspecto del Ramón Sánchez-Pizjuán, bajo los nubarrones, poco antes del comienzo d eun partido. / Antonio Pizarro

Nervión tiene la llave de la Champions, así de sencillo. La jornada trigésima tercera ha sido óptima para los intereses del Sevilla, que ya le saca seis puntos, más el goal average particular al quinto, el Betis, y ocho puntos, más el goal average general al sexto, la Real Sociedad. Es decir, ganando los tres partidos que tiene en casa el equipo de Julen Lopetegui tendrá garantizado el sol que más calienta la temporada que viene, el maná de la Liga de Campeones.

Quizá lo peor que pueda hacer el Sevilla, el primer equipo, el cuerpo técnico y los futbolistas, es pararse a realizar cuentas, a mirar las matemáticas. Pero el aficionado sevillista sí tiene derecho a hacerlas para su tranquilidad, después del sofoco con que vivió los últimos instantes del partido en el Ciudad de Valencia.

El triunfo agónico sobre el Levante pudo darse con mucha mayor tranquilidad de no mediar una serie de errores arbitrales –otra vez– y propios, sobre todo en la forma en que no concluyó el contraataque para el 1-4 previo a la contra del 2-3 y ese balón que arriesgó Bono ante Soldado después... Pero esta temporada el equipo de Lopetegui está abocado a ese sufrimiento continuo.

Por eso es una buena noticia que donde mejor se desempeña el Sevilla actualmente, ante su gente en el Ramón Sánchez-Pizjuán, juegue tres partidos ante rivales de no excesiva enjundia. Dos de ellos, eso sí, se juegan la vida, la permanencia, y eso cargará de voltaje los encuentros ante el Cádiz, el viernes de preferia, y el Mallorca, el miércoles 5 de mayo, en la última jornada intersemanal antes de que el Athletic Club, puede que ya sin nada en juego, cierre la temporada en Nervión.

Si al principio de temporada el guión a firmar por el Sevilla pasase por tener que ganar tres partidos ante su afición frente a dos equipos de la zona de abajo y uno que no se juega nada sustancial, con seis puntos de ventaja más el goal average sobre el quinto clasificado, cualquiera lo firmaría. Otra cosa es que el equipo de Lopetegui transmite unas sensaciones que distan de la fiabilidad.

El mismo dato de que hacía tres meses y medio, precisamente ante el Cádiz, que no ganaba en la Liga a domicilio –en Europa no lo ha hecho y por eso cayó eliminado, como pasó en la Copa–, ilustra sobre esa irregularidad, esa falta de fiabilidad y esos nervios que han acompañado al equipo esta temporada, tan condicionada por factores endógenos, las lesiones, y exógenos, el criterio del VAR y los arbitrajes, sin cuya mediación ya aseguró el estadístico Pedro Marín que el Sevilla lideraría la Liga.

Pero el VAR es un factor a tener en cuenta y pese a que el infortunio acompaña al Sevilla en su aplicación no tiene más remedio que adaptarse. En cuanto a las lesiones, ya llegará el final de temporada y la hora de analizar qué ha pasado. Y lo mismo puede decirse de las sensaciones, el juego.

No es hora cuando faltan cinco jornadas para que concluya el campeonato de escudriñar por qué el Sevilla apenas ha ganado 8 partidos de 26 salidas entre todas las competiciones. Por qué apenas ha ganado 6 partidos de 17 salidas ligueras. Le quedan dos visitas complicadas, a Villarreal y Atlético, en las que si sumara algún punto acercaría aún más el objetivo. Pero lo que importa en estos momentos es que el Sevilla, junto con su afición, tienen en su mano la llave de la clasificación para la Champions.

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