Badé cumple su última promesa al Sevilla
El zaguero galo ha abandonado la entidad hispalense después de dos temporadas y media
Almeyda pierde a dos jugadores y recupera a uno de cara al duelo ante el Getafe
La afición del Sevilla Fútbol Club ha perdido a un referente esta semana. Loïc Badé ha dicho adiós a la que ha sido su casa desde enero de 2023, año en el que llegó cedido para convertirse en un futbolista diferencial a la hora de conquistar la séptima UEFA Europa League ante la Roma en Budapest. El galo, que mostró en varias ocasiones su deseo de permanecer en la capital hispalense durante su primer año en Nervión, se convirtió de forma oficial en futbolista del combinado blanquirrojo aquel mismo verano, cuando la dirección deportiva pagó 12 millones por hacerse con sus servicios.
Desde entonces, el francés se ha ido ganando un hueco en el corazón de la hinchada nervionense, que pierde a uno de sus capitanes ante un curso que se presenta de transición, en busca de regresar a los puestos europeos que tantas alegrías han dado en los últimos 20 años. Badé ha dejado claro en su despedida que no es fácil decir adiós a la que considera "su ciudad", pues ha mostrado desde el primer minuto un sentimiento de pertenencia que parecía surrealista a los ojos de los más escépticos. Al sevillismo no se le olvida el vídeo publicado por la entidad hispalense en el que el central contaba cómo es un día en su vida, paseando por la ciudad y mostrando su adaptación en un club al que hizo una promesa que ha terminado por cumplir.
Sevillista hasta la muerte
Loïc Badé lleva dos mercados de fichajes rechazando ofertas para quedarse en el Sevilla Fútbol Club. A sus 25 años, siendo titular con la selección absoluta de Francia, el zaguero era un caramelo en un equipo condenado por una mala gestión económica que lo ha arrastrado a la ruina. Sin embargo, su deseo era permanecer en la entidad nervionense, donde se sabía importante y querido por los aficionados. Bornemouth, Roma, Stuttgart, Aston Villa o Sunderland son algunos de los clubes que llamaron a la puerta de la dirección deportiva sevillista para preguntar por el galo, cuya respuesta ante las proposiciones siempre fue la misma: aún no es el momento.
Consciente de que las arcas del Ramón Sánchez-Pizjuán no pasan por su mejor momento y viendo cómo su salida podría ayudar al Sevilla a aliviar esta situación, Badé prometió el pasado invierno que este verano saldría si llegaba una oferta interesante que pudiera ayudar económicamente al club blanquirrojo, tal y como ha ocurrido con el Bayer Leverkusen. Ahora, es el turno para la dirección deportiva y el Consejo de Administración de demostrar que la venta del francés no es el balde, invirtiendo para formar un equipo a la altura de lo que se espera y que, bajo la dirección de Matías Almeyda, sea capaz de alejar los fantasmas del descenso que llevan asolando a la entidad en estas últimas temporadas.
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