La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Nombres propios
El Sevilla de Matías Almeyda arrancó la temporada con una esperada derrota en San Mamés, aunque los sevillistas dejaron mejores sensaciones de las previstas por los suyos a la vista de los problemas para inscribir a los nuevos fichajes para este debut liguero. Las facilidades defensivas terminaron condenando a los nervionenses.
Nueva exhibición del extremo belga con un golazo que despertó la admiración de un público tan entendido como el que puebla los asientos de la Catedral. Controló el balón, le dio medio metro para armar el disparo y ya se veía el lugar en el que iba a acabar. La rosca iba con fuerza, tocó en el palo con violencia y acabó dentro de la portería de un Unai Simón que no se esperaba un golpeo así. Es verdad que su segunda vuelta fue un desastre en el curso anterior, pero cuando se pagan esas cantidades por cualquier tuercebotas, un extremo así y goleador...
El serbio no era, inicialmente, uno de los cuatro futbolistas que integraban la defensa sevillista, pero su nivel actual no puede ser más pobre. Cuando lo retrasaron fue fundamental por no dar un paso adelante para dejar a Nico Williams en fuera de juego y jamás se mostró seguro atrás.
No es el primer gol que marca el francés de origen camerunés gracias a un golpeo excelente en el borde del área. Ya le marcó uno en la anterior temporada al Atlético de Madrid y volvió a repetir frente al Athletic. El balón le vino de cara y le pegó con la izquierda con dureza y precisión.
El nigeriano era el delantero centro titular en la delantera de Almeyda y dejaba buenas sensaciones en San Mamés, aunque tal vez en su contra juegue lo que tarda en salir del fuera de juego. Por eso le anularon un gol después de un buen golpeo. Es fuerte, lucha y le pega bien al balón.
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