La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
El Sevilla es pura agonía. Y su supervivencia en la categoría va a depender más de los demás que de sí mismo: este equipo ya no es dueño de su destino. El encuentro contra el Leganés fue un buen muestrario de todos los males que han llevado a este equipo a la actual situación. Desperdiciada la primera bala contra un directísimo rival, incluso pudo agradecer al final el empate. Los síntomas se vieron por ejemplo en que Saúl no esté para nada. En que Suso tenga que terminar el partido aun sin fuelle. En que Lukébakio no pueda con la presión y no vaya de verdad. En que sea titular García Pascual y juegue casi todo el partido. En que Pedrosa no tenga relevo... Ante el panorama, el empate fue un alivio, cuando era obligado ganar.
El Leganés pudo llevarse incluso el triunfo en el minuto 95 con una jugada que definió el caos: volcado y con malas vigilancias ofensivas en dos balones parados seguidos a favor. Diomande disparó fuera tras superar a un Nyland lento en su salida y el sevillismo suspiró aliviado de verse aún con vida con cuatro partidos por delante. Toca sufrir.
Que Caparrós tire de García Pascual o que Suso sea la referencia después de apenas haber jugado toda la temporada son más síntomas de la grave enfermedad de un Sevilla pésimamente gestionado desde el comité de dirección y la dirección deportiva, que no sólo está para fichar con el Big data...
Agoumé y Kike Salas fueron los más firmes a la hora de contrarrestar las acometidas de un Leganés que en la primera parte tuvo más posesión que el Sevilla, y eso que se puso 0-1 por un error en cadena: el de Lukébakio pese a estar en ventaja; el de Hernández Hernández en ver falta ¡y tarjeta! ahí; el de Pedrosa, que no metió la cabeza al tiro blando de Munir; y el de Nyland, que se lo tragó. Carmona fue un agujero en la primera parte y en la segunda lo fue Pedrosa. Éste sufrió otra falta inexistente, origen del 2-2, en el que tampoco despejó el centro. No fue su único error y contagió a Kike Salas.
En la jugada del “cagazo” (Caparrós dixit) en el 95’, en la falta previa al córner que sacó Agoumé desde campo propio ya se vio que no había vigilancias ofensivas -las realizaba Peque en la primera parte, y alguna contra salvó-. Y en el córner blandito a las manos de Dmitrovic se acentuó ese defecto.
Un gol de córner -Suso-Kike Salas- y una rápida contra -García Pascual-Juanlu-Isaac-. Así fueron los goles de un Sevilla que en ataque continuado vivió de la personalidad de Suso o de los robos tras pérdida de Agoumé. Pero todo fue a trancas y barrancas, con Peque saliendo a trompicones -como en el paradón de Dmitrovic (46’+)-, o con fallos en el último pase, el centro, el control, el remate... Ahí se lució Lukébakio, incapaz de decir “tranquilos, aquí estoy yo”. Aunque Dmitrovic le salvó una con el pie (56’) a centro de Agoumé. García Pascual remató dos veces horriblemente (57’ y 63’). Sólo una vez, en el efímero 2-1, aprovechó los espacios del Leganés.
Los canteranos salieron al rescate para deshacer el entuerto.
La plantilla tiene tantas carencias como nervios y su jugador estrella, Lukébakio, parece superado.
Nyland Manos blandísimas en el 0-1... Su salida en el minuto 95 ante Diomande tras un córner a favor dejó la portería vacía, pero tuvo suerte en el error del atacante.
Carmona Duk le comió el terreno y tuvo que reaccionar al límite del reglamento. Estaba cantado su cambio al descanso tras ver una amarilla que acarrea suspensión en Vigo.
Badé Desacertado en la salida del balón. Muy irregular todo el partido y sin aportar tranquilidad.
Kike Salas Concentrado y seguro casi siempre, acertadísimo en el gol del empate. Terminó algo contagiado por la nerviosera general.
Pedrosa Nunca ha destacado por su fortaleza defensiva y el Sevilla sufrió por su costado. La falta del 2-2 fue un exceso de vista de Hernández Hernández, pero también le faltó seguridad y fuerza.
Suso Participó en todo lo bueno ofensivo que hizo el Sevilla. Que tenga que terminar el partido pese a apenas tener ya fuelle es una mala noticia.
Agoumé Siempre templado, protagonizó muchos robos y buenos pases y centros, como en la clarísima ocasión que le sacó Dmitrovic a Lukébakio en el minuto 56'.
Saúl Mucho tardó Caparrós en quitarlo. No se ofreció para dar continuidad y tampoco tapó. Un agujero.
Lukébakio Mejor como pasador por dentro que entrando como llegador. Le pudo la presión en la segunda parte con varias ocasiones claras que no supo concluir por yerros en los controles, también por falta de fuerza ante Jorge Sáenz.
Peque Firmeza en balones divididos pese a su escaso peso, tuvo el 2-1 (46+') pero le hizo un paradón Dmitrovic tras salir trastabillado.
García Pascual Al choque ganó balones con la irregular zaga del Leganés, fuera de eso se le nota demasiado su tosquedad y no podía dar continuidad a los ataques. Tampoco tuvo remate. Que jugara 84 minutos es significativo de la precariedad del Sevilla.
Juanlu. Dio salida por el flanco derecho y por ahí también dejó de llegar el Leganés. Crucial su pared y su pase en el gol de Isaac.
Gudelj. El Sevilla ganó una pieza con él en el centro del campo, aunque tampoco ofreció la necesaria seguridad.
Isaac. Se notó su empuje, sus conducciones de fuerza, su brío en los balones divididos. Y oportunísimo en el gol.
Ejuke. No terminó varias de las acciones que empezó. Alocado.
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